La actriz llega a los teatros con El cielo según San Juan, una comedia que ofrece 14 escenas del Nuevo Testamento y la acción transcurre entre las paredes de un convento en donde vive una peculiar madre superiora, San Juan, quien irá explicando a una ingenua novicia que acaba de incorporarse al recinto, Hernández, su particular visión de lo que ocurrió con la vida de Jesús y de las personas que le rodearon, encarnado por el camaleónico Mingo Ruano. Los tres actores explotan sus dotes cómicas y eso se transmite al público que disfruta de momentos memorables, como el que recrea una telenovela en la que participan Jesús y María o una sesión desarrollada en casa de una vidente a la que acude María. La popular Antonia San Juan señala que «se trata de un texto blanco que no ofende a nadie, cuya única pretensión ha sido proponer al público un ejercicio de divertimento».
P ¿Qué es lo que ofrece al espectador «El cielo según San Juan»?
R Esta función ofrece dos horas de risas, de olvidarse de problemas, de compartir un momento con amigos y familia. Se trata de una versión muy original sobre la Navidad, la religión y las historias que llevamos escuchando desde que somos niños.
P ¿Es la primera vez que aborda un tema como la religión en uno de sus trabajos?
R Ya he tocado algunos temas religiosos en mis espectáculos, pero en este caso si es la primera vez que este tema es el eje central de la representación.
P ¿Cómo es meterse en la piel de una monja tan instruida que ostenta el cargo de madre superiora?
R No es la madre superiora ni es instruida, y además todo se lo inventa.
P Durante mucho tiempo ha girado en solitario con «Lo mejor de Antonia San Juan», ¿tenía ganas de volver a subirse al escenario acompañada de otros compañeros de profesión?
R Yo siempre he trabajado sola porque así arranqué mi carrera, como lo hicieron El Brujo, Gila, y muchos otros artistas. Pero trabajar con un grupo tan bien avenido me ha dado buen resultado, aunque eso no significa que deje de trabajar en mi línea, esto es solamente una suma.
P Durante mucho tiempo, los espectadores han podido verla en la televisión, ¿se encuentra ahora en un momento dedicado al teatro?
R El teatro ha estado y estará siempre en mi vida, no quiero cerrarme a nada, si surgen proyectos de televisión o de cine, que surgirán, seguiré con el teatro, que es donde realmente me siento libre. Estoy abierta a todo lo que venga, pero la verdad es que yo soy teatro, ahí no soy una moda, no soy el capricho de nadie. Para el resto puedo estar al arbitrio de los directores de casting, de los directores de cine, de los productores y de la opinión que otros tengan de mí, de mi trabajo, de mi físico o de mi carácter.
P La sinopsis del espectáculo afirma que la obra nace «sin pretensión de ofender ni levantar polémicas» pero ¿cree que es posible con un tema tan particular como la religión?
R Hoy en día la gente se ofende por todo: la religión, la familia o la política. Pero yo creo que cualquier tema puede resultar polémico, si uno tiene ganas de buscarle el lado retorcido, contra eso no podemos luchar.
P ¿Qué papel juega la improvisación en un espectáculo tan divertido como este?
R La improvisación siempre está presente en todo lo que hago, es parte de mi trabajo. Aunque es verdad que en el caso de El cielo según San Juan, al tener compañeros sobre el escenario, hay que respetar el texto y los pies de cada uno. Cuando uno está solo en escena la improvisación es más sencilla. En este montaje en particular la improvisación juega un papel importante, pero con cuidado de respetar al compañero y facilitarle las cosas.
P Es una auténtica maestra del humor, ¿es su género favorito?
R En mis espectáculos siempre trabajo el humor y el drama, tanto en teatro, como en mis cortometrajes, o en los largometrajes que he dirigido. Yo soy una actriz, soy un vehículo, puedo hacer humor, drama, ser divertida, trágica. En eso consiste el trabajo del actor. Siempre juego con el humor y el drama, me gusta mezclarlos, ya que en la vida estos también se mezclan.
