Terminaba ayer el último sorbo de su capuccino antes de dirigirse al penúltimo ensayo previo al gran estreno de su concierto en Roma, en el que dirigirá la Orquesta del Liceo Musicale Statale Farnesina Scientifico Musicale. Carmen Más, directora titular y artística de la Orquesta Filarmónica Martín i Soler de València y de la Orquesta del Conservatorio Profesional-Municipal de Música de Riba-roja del Túria, lleva apenas cinco días en la ciudad italiana, pero ya le ha dado tiempo a probar gran parte de su gastronomía.
Y es que la directora reconoce que para sentir verdaderamente la música y transmitirla de igual modo al que la escucha, culturizarse, «no en el sentido de ser un erudito, sino en el de conocer el contexto histórico y las vivencias del que compuso la pieza», es esencial. Que «no se puede tocar la música de Chaikovski si no has sentido su frío», «ni dirigir los acordes compuestos por Nino Rota si no has tomado un capuccino en un café de la capital italiana».
Por eso Más viaja, se empapa de la cultura de la música de los países y, solo entonces, vuelve. Y lo hace con el fin de enriquecer el aprendizaje de quienes ensayan con ella, ya sea un año o tres días. Así lo lleva haciendo desde 2015, cuando, gracias al proyecto internacional de intercambio musical, pudo viajar por primera vez a Ginebra. Una experiencia que se repetiría dos veces más.
Así se embarcó en la que se conoce como la ciudad eterna, en un «proyecto difícil», pero «bonito», reconoce. «Tener el privilegio de dirigir la Orquesta del Liceo Musicale Statale Farnesina Scientifico Musicale de Roma significa un gran reto personal y profesional, ya que con poco tiempo hay que preparar un gran programa de concierto, con una orquesta formada por estudiantes de otro país, con distintas formas de trabajar y, en muchas ocasiones, con un planteamiento de ensayo diferente», explicaba.
Tres días de ensayo le dieron para ponerse al frente del estreno de la orquesta. Un maratón de preparativos previo a la representación de un programa compuesto por dos obras orquestales del compositor ruso Dimitri Shostakovich: Concierto Nº 2 para piano en fa mayor op. 102 y la dancística obra barroca Suite Jazz Orchestra Nº 2.
En la segunda parte del programa, los asistentes a la Sala Accademica del Conservatorio di Santa Cecilia de Roma quedarán envueltos en los acordes y la melodía de El padrino, La dolce vita, Romeo y Julieta, Amacord y Strada, parte de la obra del compositor italiano de bandas sonoras Nino Rota.
«Los directores tendemos a menospreciar la música de las películas, pero los acordes de este mago de las bandas sonoras son impresionantes», explicaba Más.
Aún con ello, la directora prefirió acudir un par de días antes para «adaptarse» a su nuevo orquesta. «Me gusta el trabajo en equipo. Aprender de ellos, no imponer mis exigencias. Crecer juntos», explicaba. Y es que para ella este es un aspecto clave, atractivo y enriquecedor: «Necesitas aprender y adaptarte rápidamente al ritmo de trabajo de la orquesta, teniendo en cuenta además otros factores que afectan al desarrollo de un buen ensayo, como son la organización interna, las relaciones sociales y culturales propias de cada agrupación».
Así, la directora de orquestas arguye que «entender la sociedad, conocer su modus operandi, sus movimientos sociales... Permite que se pueda entender también la música». Y es que, explica, « es producto de nuestra construcción social».
