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Feria de Fallas

El efecto Roca Rey

El diestro peruano logra un triunfo arrebatador con el buen tercero bis, al que corta las dos orejas y abre la primera puerta grande de las Fallas

El espada limeño en un pase cambiado por la espalda de rodilla al tercero bis de la tarde. m. á. montesinos

Se notaba en el ambiente desde el arranque del paseíllo. Ese runrún de acontecimiento grande que tantas tardes de gloria ha dado a nuestra plaza y que tanto cuesta reeditar en estos tiempos de atonía taurina. Desde el primer quite al que hizo segundo, por ceñidas chicuelinas, el respetable guardaba un silencio sepulcral como esa calma chicha que precede a la tormenta.

El primer estallido de entusiasmo llegó con la réplica al medido y suave quite de Castella en su primer toro (tercero bis) y se desbordó en el inicio de faena. Fue puro instinto de liberación. Roca Rey, las dos rodillas en tierra, se pasó al toro por la faja en dos derechazos, dos pases cambiados por la espalda y un natural largo y profundo. Una locura colectiva.

Ya derecho, el gallo peruano siguió toreando por derechazos con parsimonia y decisión al buen Núñez del Cuvillo, que tuvo calidad, fijeza y duración por ambos pitones. No era fácil aguantarle el pulso al limeño, un vendaval que arrasa con todo lo que le pongan por delante. Fueron constantes los cambios por la espalda en un palmo de terreno sin apenas inmutarse; también el toreo fundamental, menos arrebatado que antaño, menos efectista, pero igual de efectivo. La estocada, cobrada entera, también fue ejecutada con despaciosidad, prueba evidente de que a este torero no le han hecho mella las dos cornadas sufridas la temporada pasada en similares situaciones. Dos orejas de ley y la feliz constatación de que la conexión de Roca Rey con València sigue funcionando. Qué importante es que haya en el escalafón toreros que provoquen ese efecto magnético que recorre electrizante los tendidos y que pone a los compañeros en situaciones comprometidas. Ante el que cerró plaza, nada pudo hacer por la evidente invalidez del toro, que debió ser devuelto a los corrales.

Manzanares cumple

Otro de los atractivos del cartel era el diestro alicantino, que se las vio de salida con un bonancible cuvillo, al que poco a poco fue dándole asiento y forjando una serie correcta de derechazos, rematado con un buen pase de pecho al hombro contrario. Por el izquierdo, la obra bajó el diapasón y dejó dos series de naturales con su habitual desajuste. La tanda clave aconteció por el citado derecho, en la que sí llevó al toro hasta el final, rematando los muletazo detrás de la cadera. Tras dejar una estocada de efectos fulminantes, le fue concedido un trofeo. Ante el quinto de la tarde, un animal soso en los primeros tercios y con algo de genio en el tramo final de su lidia, si se le exigía lo suficiente daba la clara sensación de poder responder. Se conformó Manzanares con la orejita del primero de su lote y decidió dejar pasar el vendaval peruano sin darle cumplida respuesta. Mató de pinchazo y estocada tendida que tardó en hacer efecto y su labor fue ovacionada.

Sebastián Castella cumplía su única actuación en la presente Feria de Fallas tras haber escuchado los tres avisos ante un toro de Victorino en la vecina Castelló. No debió ser plato de gusto para el francés volver a enfundarse el traje de luces tras semejante borrón en el expediente. Dicen que una mancha de mora con otra verde se quita. Pues bien; no fue ayer tarde la ocasión. El de Beziers pasó de puntillas por València. Al que abrió plaza, un astado que fue noble, codicioso, humillador, pero al que le faltaron las fuerzas, le intentó plantear una faena pulcra por el pitón izquierdo pero su labor apenas tuvo eco en los tendidos y fue silenciada. Con el cuarto, tras la apoteosis Roca Rey, se hizo el ánimo parcialmente con un burel que tuvo movilidad pero se apagó pronto. Tras dejar una estocada efectiva, el siempre generoso público valenciano le ovacionó tras pedirle la oreja.

En resumen; tarde de triunfo incontestable de Andrés Roca Rey, que pone caro el pescado a las figuras que comparecen desde hoy hasta el final de la feria y que desató la catarsis colectiva.

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