«Territorio Chirbes. Ese hombre tiene un mundo
en su cabeza»
centre del carme
De Rafael Chirbes, Alfons Cervera, Juanjo Prats. Int.: Enric Juezas, Juanjo Prats. Dirección y dramaturgia: Antonio Tordera. Producción: Esto no es una compañía. Tampoco es una pipa. Festival 10sentidos.
Desde hace algunos años, la primavera llega a València a través de diez sentidos. Así es, el Festival 10 Sentidos irrumpe de golpe y enriquece al paisaje artístico de la ciudad. Una vez inmersos en su bosque de artes vivas, la brújula me condujo a este espectáculo. El norte, de manera clara, señalaba hacia el «Territorio Chirbes». Y me encontré con el personaje, porque de eso trata el montaje dirigido por Antonio Tordera, de adentrarse en el mundo de un escritor perplejo. Pues adentrémonos.
Si bien los neurocientíficos están intentando hacer un mapa de nuestro cerebro, habría que señalar que el teatro puede hacerlo sin utilizar electrodos, porque un escenario es como un cerebro; pero no busca ordenar, sino alumbrar contradicciones, claroscuros Es el caso de Chirbes: bajó a los infiernos y dio cuenta de ello. Infiernos novelados, pero traducidos a teatro. A un texto que nace de la conjunción no de los planetas, sino de Alfons Cervera, gran conocedor del novelista, y Juanjo Prats, que añade la perspectiva teatral. Ambos han buceado, sobre todo, en tres de sus primeras novelas: Mimoun, La buena letra y Disparos del corazón.
La cuestión era hacer una radiografía de su obsesión de la escritura como forma de vida. Ver a Chirbes y su doble, su fantasma. Ver al novelista, el viajero y crítico gastronómico y al padeciente y autoexiliado. Tres personalidades en una: el cuerpo presente trasmitido por el cuerpo escénico, el que Tordera ha hilado con una dramaturgia que nos atrapa. Que nos aclara, pero al mismo tiempo, ensombrece al personaje (ser y tiempo). Las esculturas de Carmen Calvo y la imagen utilizada de modo sutil, son algunos efectos utilizados. Pero la base son dos buenos actores (Enric Juezas y Juanjo Prats) que, a partir de una corografía de movimientos, de palabras, de sentimientos y de soledades, crean un lugar cerebral que vale la pena patear. El montaje entra por los sentidos, y al mismo tiempo, nos ofrece muchos sentidos de Chirbes. Una inteligencia sentiente. Acabo con esto, porque me espera un libro de Chirbes que está ya en mi mesa, esperando.
