Nueve años después de marcharse del Levante UD, el defensa de Burjassot (4-9-1975) vive la oportunidad de volver a la Liga BBVA, ahora como referencia del equipo en el que se formó. A un día del partido decisivo ante el Castellón, Ballesteros repasa los detalles de las horas previas al encuentro, entre otras cuestiones.

Un futbolista experto como usted, ¿qué sensaciones tiene para mañana?

Pues que vamos a ganar al Castellón y esperar a ver si el Betis o el Hércules "pinchan". Ójala supiera qué va a pasar... pero lo más práctico es pensar que nosotros tenemos un partido que ganar y no podemos desviar la atención.

¿Cuál es el mensaje del capitán a la afición en estos momentos claves?

Tienen que venir a apoyarnos y no parar de animarnos los 90 minutos. La afición debe saber, por ejemplo, que el partido del Rayo lo ganamos, en gran parte, gracias a su apoyo. Ese día nos quedamos con nueve y aguantamos el tipo, entre otras cosas, por el aliento de la grada.

Como veterano, ¿Le da consejos a los más jóvenes? ¿qué les dice en una situación así?

Que hay que tener más calma que nunca. En los partidos más tensos es donde hay que estar más despejados mentalmente, con las ideas claras, sólo pendientes del partido que nosotros jugamos.

En Irún no se aplicaron el cuento...

Allí se nos dio mal todo desde el principio. El rival jugó el partido más completo de toda la temporada, según nos comentaron aficionados locales cuando nos marchábamos.

Hay que ganar y esperar que no sumen los 3 puntos Betis o Hércules. No me diga que no estarán ustedes pendientes de las reacciones del banquillo...

No hará falta, porque eso te lo va a marcar la grada. En cuanto se produzca alguna noticia positiva, nos vamos a enterar rápidamente, al instante.

Sinceramente, cuando volvió al Levante UD, ¿pensaba que este equipo terminaría luchando por el ascenso?

No me planteo nunca los objetivos cuando llego a un equipo. El desafío es siempre el mismo: Jugar lo máximo posible, rendir a tope, y llegar lo más lejos que se pueda. En el inicio de esta temporada yo tenía mucha confianza en este equipo, una gran fe en alcanzar los primeros puestos. Que luego llegues a las últimas jornadas luchando por el ascenso depende de muchos condicionantes. Y todos se han dado.

¿Cuál es el secreto de este equipo? Cuando llegó dijo que el objetivo era hacer del vestuario el pilar del equipo. Se ha conseguido.

El secreto está en la unión que existe en el vestuario y el excelente grupo de trabajo que se ha formado este año en el Levante UD. Parece un tópico, pero es así. Esa predisposición de todos los jugadores a querer aportar cosas; un detalle de uno, un granito de arena de otro, provoca que todo cuadre. Así se va generando confianza en los compañeros, hace que hables con todos, que intercambies impresiones... y el resultado se ve luego en la clasificación.

Se le ve muy cómodo. En la grada le apodan el Beckhenbauer de Segunda.

Desde que llegué al Levante UD me encuentro muy bien, a gusto, especialmente por la confianza que da jugar con estos compañeros.

¿Se considera un defensa duro?

Un defensa tiene que ser duro siempre. Nunca me he considerado un futbolista sucio, sino uno que se centra en hacer su trabajo. ¿Cuál ha sido el marcaje más difícil que ha tenido que hacer?

No recuerdo ninguno en concreto. Me acuerdo de los delanteros más destacados de mis años en Primera, pero hay otros que no tienen nombre que te lo ponen muy difícil.

¿Cuál ha sido el delantero al que más ha desquiciado?

Bueno, en mi etapa en el Rayo, Tamudo se autoexpulsó porque terminó perdiendo los papeles.

El delantero del Castellón Ulloa dijo que ayudará al Betis el domingo. ¿le motiva más para hacerle un marcaje al hombre?

A mi me da igual lo que diga. Lo que me motiva es el partido porque tenemos que ganarlo.

¿Deberían los árbitros ser más permisivos con los defensas?

El arbitraje, en general, es bueno con algunas excepciones. El problema es que los futbolistas no ayudamos mucho. Los delanteros, muchas veces, exageran mucho y eso no ayuda.

¿Cuál es el central perfecto?

El que es rápido, contundente y le da buena salida al balón.

Salir con el balón controlado... eso en Segunda parece una quimera y usted lo practica mucho.

Siempre me ha gustado, aunque depende de lo que te pida el entrenador. A Luis García le gusta que la pelota salga jugada desde la defensa, aunque con unos límites. A veces no hay que complicarse.

Usted se formó en el Levante UD. ¿Qué significa este club para usted?

Lo es todo para mí. Fue el club que me dio la oportunidad de jugar, el que me hizo futbolista...

Se habrá encontrado con un club irreconocible.

Ha experimentado un cambio radical. A pesar de las dificultades, Quico Catalán y el consejo han conseguido una imagen del club impresionante, algo que nos debe enorgullecer a todos. Por fín, el Levante UD da una imagen de seriedad, de hacer las cosas bien...

¿Cree que la gestión del fútbol tiende a ser más coherente?

No confío mucho en eso. Hace cuatro o cinco años, con los problemas económicos de muchos clubes italianos, aquí se habló de recortar gastos en traspasos, fichas... pero todo siguió igual, peor incluso. Mira como han acabado algunos clubes. Se ha demostrado que no se ha aprendido.

Los maletines siempre han existido, ¿no?

La tendencia es hablar menos porque no hay tanto movimiento como antes. No sé si es por la crisis (se ríe), pero está bien que no se hable de esto por una vez.

Desde el consejo se insiste en que con esta plantilla el Levante UD podría sobrevivir en Primera. ¿Opina lo mismo?

Por supuesto. Tenemos un gran equipo, con una base muy buena para jugar en Primera. Además, hay mucha gente que ha jugado en la máxima categoría.

Póngase en situación. Mañana, poco antes de las 8 de la tarde, el árbitro pita el final del partido y el Levante UD sube a Primera. ¿Qué hace?

Sentir una alegría tremenda, celebrarlo por todo lo alto porque nos lo hemos merecido y dedicárselo a mi hija. Sólo con pensar en festejarlo con la afición del Levante UD me emociona...