El gusto por el lujo y la sofisticación va unido a un Gran Premio de Formula 1. Al de Europa, o sea, Valencia, y al de cualquier parte del mundo. Con el primer día de entrenamientos comienzan a llegar los más madrugadores, y el sector de la hostelería en general y los grandes establecimientos en particular son los más beneficiados. El público que concentra este tipo de eventos mundiales no escatima. Las botellas de Möet Chandon se descorchan con alegría durante el día y la noche. Además de toda clase de lujos - en forma de suite, chofer, casino, yate, avión privado-. Y para combatir el cansancio, a la llegada al hotel la zona de "spa" es una de las preferidas por los huéspedes. "Como ha ocurrido otros años cuando acaban los entrenamientos y llegan al hotel pasan antes por esta zona. Los masajes que más nos reclaman son los de piernas, drenantes y linfáticos sobre todo. Aunque hay otros que prefieren darse un masaje completo para calmar el estrés y la tensión muscular acumulada durante el día", asegura Olga Higón, responsable de Caroli Health Club, del spa del Hotel Westin de Valencia.

Lo que triunfa es lo novedoso, un tratamiento que ofrece el hotel a base de chufa. "Este tratamiento de chufa lo sacamos hace un par de semanas, y este fin de semana al coincidir con las carreras lo hemos mantenido porque llama mucho la atención de los visitantes extranjeros". El tratamiento es completamente a base de chufa para hidratar la piel. " Este método consiste en exfoliar y limpiar la piel para eliminar impurezas y células muertas. Además de que la horchata es un ingrediente perfecto para la piel porque aporta vitamina C y E. Y la verdad es que se vende muy bien". Esta aportación chufera permite dar un toque de casa al Gran Premio, una competición en la que el componente autóctono, por regla general, brilla por su ausencia más allá del tricolor de los pianos y muy poquito más.

Precios que se mantienen

El sector de la hostelería también se ha visto beneficiado, sobre todo los restaurantes de alto nivel, donde los tenedores se multiplican. Como es el caso del restaurante del hotel Palau de la Mar. "Hemos visto más movimiento que otros años y la ocupación del hotel está al cien por ciento. Lo que hemos hecho para mejorar la comodidad de los clientes es sacar la carta del restaurante a la terraza. Para que disfruten del patio interior ajardinado que estrenamos este año. La idea es que el cliente se sienta a gusto y disfrute de la estancia", asegura Anton, jefe de cocina de l restaurante Palau de la Mar.

Los grandes restaurantes no han querido aumentar el precio de la carta, a diferencia del alojamiento en los hotele, en el que han llegado a doblarse. Parece que la velocidad de los bólidos se les ha contagiado. De hecho, los hoteles más emblemáticos de Valencia, como son el Westin o Las Arenas con motivo del Gran Premio ha inflado sus precios y, pese a ello, hasta el momento estan completos. En esta ocasión el magnate de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone ha seguido la estela de Fernando Alonso y ha optado por el antiguo edificio de la Lanera. Ayer ya se le podía ver en el Westin, cuartel general de Alonso tanto cuando acude al Gran Premio como cuando asistía a la Fiesta Ferrari de final de temporada. Ecclestone no ha estado en esta ocasión en la alquería de Alboraia, la Mozaira. Un pequeño hotel que le sedujo en su primera visita a Valencia.

La clientela que ocupa este tipo de hoteles se caracteriza por ser de un nivel adquisitivo alto y con los años repite. "Se aloja un cliente de entre cuarenta y cincuenta años, de alto poder adquisitivo. Normalmente son familias fieles que repiten otros años", asegura Adolfo Almagro, director de ventas del Hotel Westin en Valencia.