Mauricio Pellegrino se desligó ayer oficialmente del Valencia. El técnico ya ha firmado su finiquito y, según pudo confirmar ayer Levante-EMV, el argentino cobrará integramente el contrato firmado: 2,8 millones de euros bruto. Una liquidación no exenta de polémica. Y es que, las condiciones del contrato que el técnico firmó el 7 de mayo, están en entredicho. El extécnico, según se anunció el día de su presentación oficial y el argentino reiteró el día de su despedida, firmó por dos años con el Valencia. Pero todo apuntaba a que, el segundo año y siguiendo la norma establecida con Unai Emery, estaba condicionado a que en junio de 2013 el equipo se hubiera clasificado para la próxima Liga de Campeones. Ahora se desvela que no. El presidente, a pesar de la nula experiencia de Pellegrino, ofreció al técnico dos años y ahora, al destituirlo, tendrá que abonar la cantidad estipulada en el acuerdo, tal como ayer avanzaba este periódico. Pellegrino, una apuesta personal del presidente, percibía al año 1,4 millones de euros brutos, cantidad que ascendía según determinados logros deportivos y variables estipuladas. Así, por estas clausulas, es una incógnita saber a cuanto asciende exactamente la indemnización. Mientras fuentes cercanas a la negociación aseguran que el técnico cobrará 2,8 millones -en cómodos plazos para el Valencia-, otras indican que la cantidad puede ser ligeramente inferior porque, al tratarse de un contrato mercantil, en el finiquito se aplica un ahorro fiscal importante que podría alcanzar al 25 por ciento.

La indemnización a Pellegrino supone un fuerte varapalo económico para un club que arrastra una deuda reconocida de 377 millones. Un Valencia que, año tras años, realiza auténticos equilibrios financieros para abonar a Bankia los 14 millones de intereses por un préstamo prorrogado hasta el 27 de diciembre. Todo apunta a que la próxima semana Llorente regresará a Madrid para cerrar los últimos flecos para la refinanciación de la deuda bancaria, a más largo plazo.