El calor reaviva la lucha contra el mosquito tigre y la mosca negra fuera de temporada

Las temperaturas anormalmente elevadas obligan a reforzar los tratamientos durante los primeros meses del año 

La falta de lluvias y el mayor control sobre los insectos augura un verano con una menor influencia sobre la población

Los tratamientos y controles de actividad del mosquito tigre se realizan todo el año.

Los tratamientos y controles de actividad del mosquito tigre se realizan todo el año. / Levante-EMV

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Si las precipitaciones copiosas escasean, como hasta ahora, la Ribera podrá tener un verano en que las plagas de mosca negra y mosquito tigre apenas tengan repercusión para los vecinos de la comarca. Las cálidas temperaturas de estos últimos meses han obligado a reforzar los tratamientos periódicos, circunstancia que favorecerá el control de la población de ambos insectos. Sin embargo, un episodio de lluvias persistentes podría cambiar todos los pronósticos.

Son, de hecho, los dos factores más importante para entender su ciclo vital. Son dos tipos de díptero habituados a vivir en climas cálidos y húmedos y es en esos contextos donde se producen a un ritmo mayor. El primero de los condicionantes se cumple con creces. Como ya avanzó Levante-EMV, la Ribera ha encadenado trece meses consecutivos en los que la temperatura media ha estado por encima del promedio histórico. Es decir, la comarca atraviesa por un periodo anormalmente cálido, aunque las temperaturas de estos días hagan pensar lo contrario.

Actuar con rapidez

De hecho, esta circunstancia ha hecho necesario el refuerzo de los tratamientos periódicos que realiza la empresa Lokímica, adjudicataria del servicio que presta el Consorci de la Ribera. «Venimos de un invierno y un inicio de primavera en los que hemos tenido temperaturas muy elevadas, por encima de lo normal. Esto implica que se haya detectado una mayor actividad biológica en una época del año poco habitual», explica Rubén Bueno director técnico de la compañía y biólogo especializado en entomología. A ello, añade: «Los programas de control de plagas no se paran en ningún momento del año, ni siquiera cuando el ciclo biológico se frena. En esta ocasión, hemos tenido que avanzar la intensidad de los tratamientos».

Un operario realiza un tratamiento contra el mosquito tigre en Cullera.

Un operario realiza un tratamiento contra el mosquito tigre en Cullera. / Levante-EMV

Bueno, sin embargo, reconoce que no ha tenido consecuencias importantes a nivel sanitario. «Si bien es cierto que se ha detectado mayor actividad de la prevista, no hemos tenido problemas a nivel de picaduras. Las labores de control que realizamos permiten detectar estos incrementos y actuar con rapidez», expone.

El otro de los factores que influye en el ciclo vital de ambos insectos es el agua. Aunque, con diferencias entre uno y otro. El mosquito tigre se beneficia de los encharcamientos de agua, mientras que la mosca negra prefiere flujos continuos (ríos) y limpios. Como los agricultores, quienes trabajan en el control de plagas también están pendientes del cielo. Un contexto como el actual, sin precipitaciones importantes durante tanto tiempo, dificulta su reproducción y facilita una lucha biológica cuyo único objetivo es el de reducir al máximo la población de unos insectos imposibles de erradicar por completo. 

Nuevas plagas

«Si sigue como hasta ahora, podremos controlar mejor las plagas este verano, ya que la sequía se uniría a esa labor más intensa que hemos realizado ya en este comienzo de año», sostiene Bueno. Sin embargo, un episodio de lluvias torrenciales implicaría un mayor caudal en el Xúquer, con agua limpia y renovada, y la proliferación de estancamientos, especialmente en lugares abandonados o poco cuidados. El caldo de cultivo perfecto para su proliferación.

Por último, el biólogo apunta a la influencia del cambio climático en la mejor adaptación al territorio de las plagas que tienen su origen en el trópico. «La mosca negra y el mosquito tigre se han acomodado y no es de extrañar que cada vez más mosquitos tropicales sigan el camino del tigre; algunas especies, de hecho, ya se han empezado a ver en Europa», alerta el experto.

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