La propietaria de una vivienda de lujo en Valencia que reclama judicialmente al delantero valencianista 132.000 euros por echarse atrás en el alquiler del inmueble lamentó ayer la "poca seriedad del jugador". La mujer explicó que Roberto Soldado desapareció el día que le iba a entregar las llaves tras firmar un contrato de alquiler de dos años. La dueña del piso insistió en que el jugador le pidió que abandonara la casa antes de lo pactado y que cuando ya había hecho el traslado no dio señales de vida.

El juicio contra Roberto Soldado se celebró ayer en el juzgado de Primera Instancia número 27 de Valencia. El jugador -que está de vacaciones y todavía no se ha incorporado a los entrenamientos- no acudió al juicio y lo representó su esposa, Rocío Millán. La abogada de Soldado, la letrada Ana Mejías, solicitó que el juicio fuera a puerta cerrada. La titular del juzgado, la magistrada María Ángeles Barona Arnal, accedió a la petición de la letrada a pesar de que la ley establece que este tipo de vistas son públicas. El jugador del Valencia evitó comparecer en el juicio a pesar de que es la persona demandada al aprovechar su letrada un resquicio legal que permite que lo represente otra persona. Roberto Soldado es el demandado -según confirmaron fuentes de las dos partes- porque firmó el contrato de alquiler que supuestamente ha incumplido.

La operación se fraguó en agosto del año pasado. La propietaria quería vender la vivienda -que tiene un precio de mercado de más de un millón y medio de euros- pero aceptó alquilarla al jugador valencianista con la condición de que fuera por un mínimo de dos años.

La casa es un cuarto piso de un edificio situado al principio de la Gran Vía Marqués del Turia, mide quinientos metros cuadrados y el arrendamiento incluía tres plazas de garaje. El precio del alquiler era de 5.500 euros al mes y el futbolista adelantó un mes en concepto de arras.

Piso más pequeño

La mujer vivía con su marido en la vivienda y decidieron cambiarse porque sus hijos se han emancipado y prefieren vivir en un piso más pequeño. El marido de la mujer explicó que el contrato que firmaron con Soldado era para que pudiera ocupar el piso desde el 1 de octubre, pero después el jugador les llamó y les pidió que estuviera libre el 15 de septiembre. La familia contrató a una empresa de mudanzas y dejó la casa antes del 15 de septiembre. Sin embargo, cuando el marido de la dueña intentó contactar con el futbolista para entregarle las llaves ya no pudo dar con él.

"Soldado nos obligó a irnos de casa a toda prisa y después desapareció. No nos cogía el móvil y no volvimos a saber nada más de él", lamentó ayer la mujer. Su marido aseguró que esa actitud del jugador fue lo que más les molestó y les llevó a demandarlo.

El entorno de Soldado mantiene que el futbolista decidió no respetar el contrato porque la vivienda tiene deficiencias valoradas en 20.000 euros, extremo que los dueños desmienten. El jugador contrató al detective Juan de Dios Vargas -director de la agencia Distrito 46- que confirmó que la casa volvió a estar en el mercado y que ayer declaró como testigo. En la vista también testificó la compañera sentimental del jugador Adil Rami. El juicio sigue en septiembre.