La estructura deportiva que está construyendo el club no sólo estará compuesta por los técnicos que serán quienes decidan a quien fichar o a quién dar la baja sino que irá más allá. Será un área multidisciplinar dirigida por un manager general que, todo apunta, será Francisco J. Rufete. Un modelo piramidal similar al aplicado en la escuela. Una parcela, la más importante del club, en la que formarán parte técnicos, exjugadores, captadores (ojeadores), nutricionistas, fisioterapeutas o investigadores entre otros profesionales. Se trata, defienden desde el club, de sacar el máximo rendimiento a los técnicos y jugadores ya que, a esta parcela, se destinan cerca de 55 millones de euros y se busca rentabilizar la inversión. Se aplicaría, por tanto, el modelo de los grandes equipos de la Premier. En el Consejo, celebrado el lunes, se defendió que, eliminado el modelo que encabezaba Braulio Vázquez, la secretaria técnica no sólo debe fichar jugadores sino poner los medios para cuidarlos al máximo durante el tiempo que estén en el Valencia. Así, según pudo saber ayer Levante-EMV, se estudia establecer que los jugadores coman en Paterna menús elaborados por un nutricionista que planifique la dieta del grupo acorde a la exigencia del momento; estudiar el por qué de cada lesión para saber qué es lo que lo produce y los medios que se deben o exigir horas de descanso que se lograría manteniendo al grupo en la residencia o incluso ayudando a escoger el colchón idóneo para descansar. La idea del club es anunciar en, tres o cuatro semanas, el nuevo organigrama que trabajará de forma escalonada para esta temporada y se implantará totalmente en la próxima. El club, a pesar de la delicada situación económica, ya ha estudiado cómo dotar presupuestariamente a esta área. A falta de que se concrete la nueva estructura, serán Amadeo Salvo y Luis Cervera quienes cubran la ausencia del director deportivo.

Los jugadores, lo señalados

En el Consejo, tras reafirmar la plena confianza en el técnico, se volvió a señalar a los jugadores como los causantes de la actual situación. No se entiende, sostienen, la actitud ni el poco compromiso de profesionales. Los dirigentes coincidieron de forma unánime en que el club no puede estar en manos de los jugadores y que sean estos quienes decidan el futuro del técnico. Quieren, defienden, que los futbolistas sientan que es el club el que manda y el que toma las decisiones. El club ya trabaja para reforzar la plantilla en diciembre y, como ocurrió en el caso de Rami, no se descarta dar salidas a algunos jugadores de los que se duda de su implicación.