«Hay que esperar 48 horas y confiar que todo vaya bien» aseguraba ayer un portavoz del Club de Fútbol Torre Levante, que vive pendiente de lo que sucede en la Unidad de Vigilancia Intensiva del hospital Clínico de Valencia. Ahí pasa el postoperatorio el joven Ferran Raimundo Santos, guardameta del equipo alevín A, que el pasado domingo por la noche sufrió un derrame cerebral y fue sometido esa misma noche a una larga intervención para salvarle la vida.

El joven futbolista, de 11 años, sufrió el desvanecimiento más de 24 horas después de haber disputado el partido de la jornada el sábado a las tres de la tarde. Los responsables del club aseguraron a este diario que durante el mismo, en el que alternó el puesto en la portería con el otro guardameta, no sucedió nada extraordinario. «Lo que ha ocurrido no tiene nada que ver, que sepamos, con el partido. No sufrió ningún encontronazo ni pasó nada extraño». Al parecer, empezó a sentirse indispuesto el domingo por la tarde. Ahora, todo está en manos de su propia naturaleza. «La operación ha sido muy larga, pero los médicos han salido bastante satisfechos. Ahora es cuestión de tiempo». Ferran Raimundo tiene un hermano menor también en la disciplina del club de Orriols, a donde llegaron hace un par de temporadas.

El mundo del fútbol se ha volcado desde el primer momento con el joven futbolista. Prácticamente no queda un equipo que no les haya mandado un mensaje. Castellón, Roda, Atlético Museros, Deportes Júcar, UD Bétera, Racing Onda, Picassent CF, Los Imposibles, Patacona, Cullera, Alfichach, Manisense, San José, Levante Alfafar, Malilla, San Marcelino, UD Alginet, Vall de Uxó, Athletic Amistat (donde aseguraban que le conocían previamente), Huracán y un largo etcétera, así como , por supuesto, los otros equipos del Torre Levante o jugadores profesionales como Vicente Iborra desde Sevilla. Todos mostraban los deseos de que Ferran parara «el penalti más importante de su vida».