«Apedrear los autobuses de los jugadores estaba normalizado en este país. Aumentando las multas no se pudo detener la violencia», alertó Cem Dizdar, un analista deportivo turco. Añadió que era partidario de explicar el ataque con teorías 'conspiranoicas'. «Los 'fans' del Trabzonspor creen que perdieron el campeonato 2010-11 contra el Fenerbahçe con trampas. Desde entonces, todo el mundo está echando leña al fuego. Quizás lo hizo algún fan loco. Pero bajo las condiciones de extrema polarización del país, y sobre este incidente, no puedo excluir del todo las teorías de la conspiración», sentenció.