­Rafa Nadal fue el invitado por el Banco Sabadell a una charla en la que se sintió cómodo y no esquivó ninguna pregunta. ¡Qué año más chungo! ¿No? Así comenzó la velada, aunque Rafa sacó sus registros: «Tampoco nos pasemos, hay otras cosas en la vida. No ha sido mi mejor año de mi carrera por resultados ni por las sensaciones, todo esto ha sido nuevo para mi». Más tarde apuntó que era el quinto mejor tenista del año y que eso «nunca va a ser un desastre». ¿En qué ha fallado Rafa Nadal?

«Me ha fallado el control de mí mismo, el control de mis emociones y de mi mente, eso no me había fallado nunca hasta este año. Es una experiencia nueva para mí, pero se ha convertido en un reto más, y he trabajado para superar ese descontrol de mi mente dentro de la pista», apuntó en una reflexión sincera. ¿Cuando sabe que falla la cabeza? «No falla de mentalidad pero sí de ansiedad. Son situaciones en las que no puedes controlar la respiración, los movimientos, igual debes dar tres pasos y acabas dando cinco, con movimientos acelerados y no rítmicos. Es aceleración mental, son cosas normales que te pueden ocurrir al jugar a diario a un nivel de exigencia muy alto y eso es vital. Estoy en un camino que me da esperanzas e ilusión para el futuro».

A pesar de la situación, Rafa advierte que nunca pensó «en tirar la toalla, porque no me he cansado de ir a entrenar, siempre creí que lo iba a superar, con autoexigencia y motivación creía que podía hacerlo». Uno de los interrogantes que se planteó en los momentos más delicados, ya que en su gira por Asia ha vuelto a sentir buenas sensaciones y a rendir sin altibajos, yendo a más cada partido, fue si le convenía cambiar de entrenador, rol que ejerce su tio. «Cuando fallo me miro a mi mismo, todo lo que he conseguido ha sido gracias a mi equipo, por tanto mi problema no son ellos», respondió sin titubear. Conversando y con humildad, siempre he sido una persona inteligente como para dejarme guiar».

Impuestos y defensa al país

Algunos deportistas de élite cambian su domicilio fiscal para pagar menos impuestos, ese no es el caso de Nadal. «Me hubiera ido mejor económicamente declarar en otro país. Pero desde el punto de vista de la felicidad y de tener a las personas que quieres cerca de ti, irte fuera puede resultarte carísimo. No hay dinero que pague mi felicidad. La calidad de impuestos es elevada pero somos unos privilegiados y hay que pagar como todas las personas», antes de añadir que se puede presumir fuera de país, aunque se han hecho cosas mal: «la gente que lo hizo mal está siendo castigada, pero somos un país privilegiado».