«No creo que debamos hacer un drama ni quedarnos tan tranquilos. Sabíamos que algún día íbamos a perder pero nos habría gustado de otra manera, que no fuera en casa y que fuera más competido pero no ha sido ninguna de las dos cosas», admitió ayer el entrenador del Valencia Basket, Pedro Martínez, al finalizar el encuentro ante el Limoges. «Esto no es el final de nada, es una temporada muy larga. Las derrotas tenían que llegar y no podemos cortarnos las venas más que lo justo, un poquito y dejarlas volver a crecer», apuntó el técnico taronja.

El último cuarto

Además, Martínez destacó las negativas sensaciones que desprendió el último tramo del encuentro. «En el último cuarto hemos tenido frustración. Hasta el tercer cuarto el partido ha estado igualado. Mentalmente, además, te haces tu película pensando que el rival no estaba en un buen momento. Es inevitable», manifestó el preparador catalán. En este punto, el entrenador señaló los lanzamientos desde el perímetro de los galos como uno de los puntos clave de la derrota. «Han metido unos tiros de tres puntos que nos han roto. Eso nos ha hecho llegar al final sin concentración», aseveró.

Eso sí, Martínez reconoció el buen juego del Limoges. «Nuestro rival ha sido superior en todo: en el acierto de tiro, en defensa, e incluso en el punto de dureza. Nosotros, además, no hemos tenido hoy continuidad en el juego. Hemos de seguir nuestro camino y esto nos tiene que enseñar que hay cosas que tenemos que hacer mejor para el futuro», advirtió Martínez.

Sobre el grupo de la Eurocup, apuntó que ahora mismo «tenemos dos partidos fuera y uno en casa. Es una situación difícil y debemos hacer las cosas bien para poder pasar».