El mejor antídoto contra una traspié como el del martes frente al Limoges se cura con una victoria como la de ayer. Apenas tres minutos aguantó el Bilbao Basket a los «taronja». Con un inicio fulgurante, fulminaron las aspiraciones de los de Sito Alonso, quien optó por un quinteto de inicio con jugadores menos habituales sin la presencia de Hannah, Raül López o Mumbrú. El conjunto local confirmó, una vez más, su valor de equipo con todas las palabras, porque, aunque el reparto de minutos fue latente, lo cierto es que apenas se notó. Jugadores como Stefansson, Trias, Shurna o Diot jugaron más de lo habitual y las piernas del resto lo agradecieron. El equipo de Pedro Martínez ganó todos los cuartos, una muestra clara de la ambición de no dejarse llevar por un choque sentenciado desde el principio.

Poco se pareció el encuentro al que marcaban los precedentes porque el Bilbao de ayer no fue ni la sombra del que había ganado tantos partidos como visitante. El conjunto bilbaíno tampoco se pareció al que tanto hizo sufrir en el choque de la primera vuelta con dos prórrogas, ni el del «playoff» de la pasada temporada. Sin duda, pareció un partido diametralmente distinto al previsto.

El Valencia Basket comenzó el partido como un auténtico ciclón y con ganas de marcar diferencias en el marcador desde el arranque. Con un buen rigor, tanto en ataque como en defensa, una buena dirección de Guillem Vives y un gran acierto en el tiro, los «taronja» obligaron al técnico visitante Sito Alonso a pedir su primer tiempo muerto transcurridos apenas tres minutos de encuentro y tras un triple de Lucic (11-2).

No reactivó esta pausa a los bilbaínos, que seguían acumulando golpes por parte de un Valencia Basket que, con rotaciones en la pista, consiguió con un lanzamiento de tres puntos de Dubljevic llegar al final del primer cuarto con una ventaja ya considerable (26-10).

El segundo continuó con la misma línea. Los locales, con un acierto tremendo desde la pintura, anotaban sin parar. Esto, unido a una buena intensidad defensiva, hizo que los visitantes no pudieran anotar su primera canasta hasta casi el séptimo minuto del segundo cuarto por medio de Bogris. El electrónico iba camino del escándalo poco antes de finalizar la primera mitad (41-12).

La pérdida de algo de rigor en el juego de los de Pedro Martínez, unido a un punto de orgullo de los de Sito Alonso, permitió al conjunto de negro minimizar ligeramente los daños al llegar al descanso (43-18). Los números al finalizar la primera mitad con el 59-1 en valoración escenificaban la diferencia entre ambos.

Segunda parte intrascendente

Tras el descanso, el ritmo del partido y la calidad del choque disminuyó de manera ostensible. Un parcial de 0-7 para los de Sito Alonso fue un espejismo con un acercamiento que apenas inquietó al Valencia BC (52-30). Los errores fueron continuos en ambos conjuntos, pero la calidad de los valencianos les bastó para saber manejar bien la situación del encuentro con un Bilbao al que, mentalmente, le pesaba como una losa su gran desventaja en el marcador.

Un mate de Lucic estratosférico tras una gran jugada personal y dos acciones finales con una gran canasta de Sato, así como un triple de más de siete metros de Diot, apuntalaron la victoria. Los registros seguían siendo de escándalo (66-36) y hacían enfervorizar a una Fonteta que se lo pasaba en grande.

Los últimos diez minutos permitieron al entrenador «taronja» dar minutos de descanso a jugadores como Vives, Rafa Martínez, San Emeterio o Hamilton. El choque acabó con un parcial de 15-0 que puso el punto final al encuentro y confirmó una victoria más que amplia (85-49). El triunfo confirma al Valencia BC como líder invicto. Con dos victorias de margen sobre el Barcelona, el colchón se mantiene intacto y la confianza para Salónica será un ingrediente añadido en un choque con una trascendencia capital. El primer paso se dio ayer. El miércoles toca asentarlo.