El reparto de la subvención de la Diputación de Valencia que reparte el Circuit no es del gusto de todos los jóvenes pilotos. El criterio deportivo no se cumple «en el caso de algunos pilotos», asegura Xavi Pérez, representante de Jaume Masià. Su corredor recibe 5.498 euros por los más de 20.000 que reciben de media el resto de pilotos de las mismas categorías (Moto 3 Junior y Moto 2). Una discordancia que Pérez atribuye a la discriminación que ha aplicado el Circuit con aquellos pilotos que no están de acuerdo con algunas de las claúsulas del contrato de formación.
La más polémica, y que Pérez rebatió a la dirección del trazado hace unos meses, es la de los derechos de formación. Según este apartado, todos los pilotos que reciben su subvención deben estar de acuerdo en abonar el 5 % de sus futuras ganancias al propio Circuit durante los primeros 5 años que corran como profesionales. Es decir, si un joven talento de la Cuna de Campeones llega al Mundial y gana 1 millón de euros anual, está obligado a pagar 50.000 euros al trazado de Cheste. En el caso de Masià, y de otros pilotos, no pertenece ahora a la escuela del Circuit. La polémica está servida: ¿Debe haber un retorno de dinero de un piloto a una escuela que no lo ha formado? «Es evidente que no. En un caso así se trata de un negocio, no de una beca de formación», asegura Pérez, que en su día tuvo un conflicto con el Circuit por la marcha de Héctor Barberá, al que representó hasta 2012. El piloto valenciano tenía contrato en vigor con el equipo de Aspar y, por tanto, una vinculación firmada con el trazado de Cheste, que le reclamó 600.000 euros. El «mánager» de Masià también guió los pasos de Terol, a quien el equipo de Aspar recuperó «sólo cuando tuvo opciones de ganar el Mundial».
Al parecer, el Circuit ha elaborado la lista de pilotos subvencionados por la Diputación antes de que estos firmaran los contratos. Otros dos corredores (Adrián Doménech y Javier Miguel) han renunciado a la ayuda.
