La gimnasta Carolina Rodríguez ayudó más a relativizar las preocupaciones diarias de los asistentes al coloquio. «Yo he tenido dos padres ejemplares, ambos sordos. Me comunico con ellos por signos. Imaginad en los viajes, qué impotencia al no poder decirles como estaba», recordó la atleta. «Mi hermana tenía que hacer de mediadora», explicó. j.m.b. valencia
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