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Joaquín Marín (Valencia, 1979)

El huracán del "snooker"

Dijo Einstein que para jugar al billar «hace falta tener cabeza de ajedrecista y manos de pianista». La definición es perfecta para el valenciano Joaquín Marín, referente internacional del billar más técnico que existe

El huracán del "snooker"

No es un tipo popular, ni le llueven los patrocinadores, pero ya figura entre los mejores deportistas valencianos del momento. Joaquín Marín juega al «snooker», el juego de billar más popular de Reino Unido y de los más practicados en Estados Unidos. Y es un fenómeno. Los resultados le avalan: es campeón ibérico (torneo que engloba a España, Portugal y Gibraltar) tres años, un logro jamás conseguido antes por ningún otro jugador.

Marín, de 37 años, entró en el mundo del billar a los 17 años. Fue coger el palo y descubrir un don secreto, latente durante su infancia. El primer año ganó el campeonato nacional de primera categoría, que le abrió las puertas del Mundial de Las Vegas. Sólo unos años después, estuvo a punto de dar el salto a Estados Unidos y convertirse en profesional, cuando un tal Stephen Hendry (siete veces campeón del mundo) deleitaba con sus habilidades sobre la mesa. Marín, sin embargo, eligió quedarse en Valencia. Tenía un motivo de peso. No quiso alejarse de su madre, enferma de cáncer. «Le daban 6 meses de vida y estuvo 15 con nosotros. Y siempre con una sonrisa en la boca», recuerda Joaquín, sonriente. Hoy es un referente internacional del «snooker», un deporte para el que se nace. «Hace falta temple. Como decía Einstein, para el billar se necesita tener cabeza de ajedrecista y manos de pianista», explica.

El «snooker» requiere habilidades especiales. Sobrepasa la frontera del billar convencional. Se juega en una mesa más larga, más estrecha, y con muchas más bolas (15 rojas y 6 de otros tonos). Cada color tiene una puntuación y el desarrollo del juego es tan atractivo como complejo. Hoy en día no es un deporte extraño, gracias a que Eurosport televisa el Circuito Europeo.

Todo gran deportista está sustentado por varias patas y una de las de Joaquín Marín es el kárate. Practicarlo le ha ayudado a cultivar valores como la mesura, la sobriedad y la paciencia. «El ´snooker´ y el kárate son mi filosofía de vida», apostilla Joaquín, al que no se le desdibula la sonrisa de la cara durante la entrevista. Transmite serenidad, buen rollo. Algo tendrá que ver, reflexiona el entrevistador, con la estoica lucha de su madre contra la enfermedad. Hasta el final, recuerda orgulloso Joaquín, se mantuvo en el camino positivo de la vida. En el de los triunfadores. Dos figuras más avivan el éxito de Marín ante el tapete: su entrenador de kárate, Francisco Tapia, y su maestro, Luis Alberto Véliz, «posiblemente el mejor entrenador de España».

Joaquín, apodado «Huracán Marín» desde que ganó la la final del Campeonato de España 5-0, en poco más de una hora, entrena en el Club Valencia Snooker, con sede en Paiporta, un colectivo que da muchas facilidades a los más jóvenes. «El problema „lamenta„es que la Federación Española de Billar prioriza el billar a tres bandas».

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