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Análisis

La gala de la Liga de las estrellas, sin las estrellas

Los premiados Messi y Luis Suárez ni siquiera excusaron su falta en la ceremonia de Valencia Cristiano, Bale y Benzema tampoco asistieron

Dentro de la mentalidad comercial asiática, la presidenta del Valencia, Layhoon Chan, no daba crédito. No lograba entender porqué, en la gala de las estrellas de la Liga del pasado lunes en el Palacio de Congresos de Valencia, las principales estrellas brillaron por su ausencia.

El máximo galardonado, el delantero francés Griezmann, coronado como rey de la pasada campaña, excusó al menos su falta a través del presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo. «Iba a venir, pero recibió una llamada justo antes y ha tenido que atender un asunto familiar».

Del resto no hubo ni siquiera una aclaración convincente. El Barça no aportó ningún jugador a pesar de tratarse del campeón del curso anterior y de contar con dos de los premiados: Messi como mejor delantero y Luis Suárez como mejor extracomunitario. «Luis Enrique (el entrenador) les ha dado unos días de descanso», dijo alguien de la entidad azulgrana, como si eso explicase la ausencia de los dos galardonados. Ni Messi ni Neymar ni Luis Suárez. El técnico asturiano ya marcó el camino el año pasado al abstenerse de la gala celebrada en su casa, en Barcelona, pese a haber sido elegido mejor preparador.

El pasado lunes en Valencia, el marrón de salir a recoger los premios de Messi y de Suárez le correspondió al exjugador Carles Reixach y al director deportivo, Robert Fernández, respectivamente. También asistió a la ceremonia el presidente azulgrana, Josep Maria Bartomeu, incapaz de hacerles ver a sus jugadores la obligación de representar al club culé con algunas de sus figuras en el homenaje de la competición que ellos, además, defendían como vigentes vencedores.

Sucede algo parecido en el Real Madrid. Los dirigentes de los clubes más poderosos son súbditos de sus futbolistas más decisivos mientras estos, claro, vayan ganando títulos, como es el caso. Si bien en el ánimo azulgrana pesara quizás en esta ocasión el miedo a alguna secuela en Valencia de la noche volcánica vivida el sábado en Mestalla en el accidentado duelo contra en Mestalla (2-3).

El club madridista se limitó a cumplir el expediente con la presencia de Modric, mejor centrocampista de la pasada temporada. A Cristiano, Bale y Benzema, los preferidos por la audiencia global, no se les vio el pelo. CR7 solo se mueve si huele un buen trofeo.

Tal vez por ese lado más humilde del que presume su entrenador, el Atlético de Madrid ha demostrado compromiso con la competición conquistada en 2014. A Valencia acudieron Oblak, Godín y Simeone, los tres premiados, y compensados por el ninguneo de hace dos ediciones, cuando venían de ganar la Liga y se quedaron sin nada.

Los clubes valencianos se volcaron al jugar en casa, con una amplia representación del Valencia, el Villarreal y el Levante. Los jugadores de Segunda acudieron todos, señal de que valoran la visibilidad. Entre ellos el levantinista Campaña, mejor mediocampista el curso anterior en el Alcorcón. La Liga, presidida por el insomne Javier Tebas, tampoco sabe cómo evitar el vacío a la fiesta anual del fútbol español de las estrellas. Mandan ellas.

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