La primera Olimpiada Valenciana aconteció en un momento histórico de máxima trascendencia. A escala internacional, la Primera Guerra Mundial afrontaba momentos de incertidumbre hasta la entrada en acción de los Estados Unidos en el bando aliado. Mientras, en Rusia, tenían lugar las revoluciones de febrero y octubre que llevarían a los bolcheviques al poder. En España, a pesar de su posición de neutralidad, se vivían tiempos de inestabilidad política y social. La incipiente industrialización del país propició un primer éxodo rural, las tensiones centro-periferias ya se dejaban sentir e igualmente asistimos a la emergencia de una nueva clase social con conciencia propia, el proletariado urbano e industrial. En este contexto, la burguesía urbana local abrazará a los nuevos deportes que vienen de Europa con la aureola de modernos y como un medio para distinguirse de las clases populares. La pilota valenciana perderá así su preponderancia histórica que se remontaba a la época de Jaume I.
Organización y premios
La Olimpiada estuvo organizada por el Club de Atletismo Valencia Sportiva. Los deportes presentes fueron: foot-ball, ciclismo, esgrima, saltos, boxeo, lucha, lanzamientos de disco, peso y jabalina; salto con pértiga; saltos con pies juntos y salto con impulso, carreras de velocidad y carreras de vallas con viraje. La entrada costó 50 céntimos y hubo dos sesiones: una de mañana y otra de tarde. Los participantes recibieron una medalla y un diploma de honor. Los premios fueron donados por las autoridades: capitán general, alcalde de la ciudad, conde de Trénor y don Emeterio Muga, destacado militar impulsor del deporte en los cuarteles.
El cartel de Pertegás
El cartel fue obra de Enric Pertegás y representa un corredor pedestre. El cartel se distribuyó por toda la ciudad colocándose en numerosos quioscos, restaurantes, cafés, clubes y asociaciones culturales constituyendo así uno de nuestros primeros vestigios deportivos modernos.
Esta Olimpiada contó con la presencia de atletas catalanes, que fueron invitados por la organización y que pertenecían a la Sociedad Sportiva Pompeya. Cataluña era entonces el foco neurálgico del deporte en España. Sus atletas participaron fuera de concurso ya que en el reglamento se especificó que los trofeos estaban reservados para los atletas valencianos.
Las eliminatorias de los combates de boxeo se hicieron en el gimnasio Domingo de la calle Serranos; los asaltos de esgrima en la sala de armas del señor Chust. Las pruebas de atletismo en la plaza de toros, así como el partido de fútbol, y las pruebas ciclistas. En fútbol se impuso el España al Deportivo. En esgrima la copa fue para el señor Calomarde. En las carreras de velocidad vencieron los señores Redondo, Llorca y Monterde. En boxeo hicieron match nulo los señores Amable y Alzaga.
50 m. jabalina fue suspendida
Los lanzamientos de peso fueron para Gómez. En salto sin impulso se impuso el señor Conte mientras que, con impulso, la victoria fue para Masana con metro setenta. En salto con pértiga, que llamó mucho la atención al público al ser la segunda vez que podían ver esta modalidad atlética, el señor Soler, de Vich, saltó hasta los dos metros cuarenta y cinco centímetros. El catalán Nin lanzó la jabalina a los 50 metros y la prueba tuvo que ser suspendida dadas las dimensiones de la plaza. El señor Salvatierra, que años más tarde -en 1924- se convertiría en el primer presidente de la federación valenciana de atletismo, fue el coordinador general del evento.
Cien años después, València vive con pasión el deporte, y año tras año, aumenta el número de practicantes, escuelas y disciplinas deportivas. La carrera a pie o el cicloturismo se han convertido en una importante seña de identidad del pueblo valenciano. Es hora de reivindicar un deporte igualitario, basado en la salud, amistad, divertimento y la recreación, al servicio de la ciudadanía.
