Hace 34 años, la moda era el Futbol-Sala. Un deporte de nuevo cuño que irrumpía con fuerza. En 1983, y con el glamour de la discoteca Distrito 10 como telón de fondo, se fundaba uno de las entidades históricas del panorama deportivo valenciano. Campeón de Copa en tres ocasiones (1983, 1984 y 2002), y después de varios cambios de patrocinador y muchos altibajos, el club ha vivido su particular travesía en el desierto hasta la actualidad.
A día de hoy, el CD Futsal Valencia, que milita en Tercera división y juega sus partidos en el Pabellón de San Isidro, trata de reverdecer viejos laureles con 7 equipos compitiendo en las distintas categorías. Patrocinado por Masía el Teular, y cambiando los clásicos colores blanco y azul por una equipación toda de rojo, el Valencia apuesta por una buena base que le permita disfrutar de estabilidad institucional y deportiva para poder continuar seguir creciendo.
El Distrito 10, subcampeón de Liga (RFEF) en el 84 por detrás del Interviú Boomerang, fue uno de los pioneros en fichar a jugadores extranjeros y traer el espectáculo a València. Los nombres de Joao Belfort, Padú, Marabú, Neco o Luiz Claudio permitieron al equipo hacerse un hueco en el panorama nacional.
En los noventa, tras la remodelación del fútbol-sala nacional con la nueva LNFS y un descenso, el club se reinventó gracias a la cantera (Kike Bonet, José Gómez, Rafa o Tete), Miki de entrenador, y con el apoyo de Vijusa como patrocinador. El club volvió a la élite. Juan Armiñana lo potenció allá por el 2005, hasta que la crisis económica le obligó a renunciar a su plaza y caer hasta la Liga Provincial.
Desde aquella fecha, el Futsal Valencia ha vivido en el alambre. Incluso se integró dentro de El Pozo de Murcia. El auge de sus categorías inferiores fue una bocanada de aire fresco para que, en la actualidad, el club quiera volver a creer.
