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Entrevista

Txus Vidorreta: "Este es el mejor club y la mejor plantilla que he entrenado"

Vidorreta analiza con optimismo sus primeros meses al frente del Valencia Basket y explica el reto de suplir a un técnico campeón de Liga - «Sustituir a Pedro Martínez significaba empezar de cero»

Txus Vidorreta: "Este es el mejor club y la mejor plantilla que he entrenado"

P ¿Lo mejor y lo peor de llegar a un equipo proclamado campeón de liga?

R Lo positivo es que llegas a un equipo que ha derribado muros al haber ganado un título que no había conseguido nunca. Y debutar en la Euroliga, que era muy positivo en esta etapa de mi carrera. Lo negativo es que el nivel de exigencia es muy elevado en todos los ámbitos, también para los jugadores, que necesitan tiempo para que el mensaje se interiorice.

P ¿Percibe un gran respeto y expectación hacia el Valencia Basket cuando juegan fuera de casa?

R El grado de respeto que el Valencia Basket tiene es máximo en todas las canchas desde hace años. Y ahora más. En el último partido, en Burgos, en la presentación se dijo: «Recibimos al campeón de Liga». Se le está dando valor a nosotros y a ellos, porque llenan el campo y es la primera vez que reciben al campeón.

P ¿Se ha sentido el ojo del huracán en los malos momentos?

R El entrenador es el sujeto que más presión soporta en cualquier equipo. Es algo que se repite siempre. Y en el Valencia Basket, que es el actual campeón, hemos tenido que soportar más presión. En las diez derrotas consecutivas de la Euroliga parecía que el único que perdía era yo, aunque somos todos los que no conseguíamos el objetivo de ganar. Lo llevo con naturalidad.

P ¿Hubo desconocimiento al principio sobre su figura en cuanto a la trayectoria que atesoraba antes de llegar a la Fonteta?

R Sustituir a Pedro Martínez significaba empezar de cero cuando el anterior entrenador había ganado la Liga. Hay que ponerse en la piel de los aficionados. Me avala una trayectoria de más de 30 años de entrenador con buenos resultados en clubes y selección. Nuestros problemas no han sido ni de entrenador, ni de jugadores ni de club, sino que hemos atravesado una situación que espero sea coyuntural con las lesiones, que creo ha sido única en la historia de cualquier club.

P Le silbaron en algunos partidos. ¿Se ha futbolizado el baloncesto?

R Sucedió en un momento de racha de derrotas en Euroliga y el público expresó su frustración en una situación nueva. El día que más se exteriorizó fue contra el Zalgiris, cuando perdimos en casa, y yo lancé un mensaje de respeto a esa parte del público, que fue una parte pequeña, pero se oyó. Nos aplicamos más y los resultados luego fueron mejores. No se han vuelto a producir esos pitos que, según me dicen, es algo bastante habitual en València. Puede haber esa cultura y los pitos le tocan al entrenador básicamente. Eso fue hace dos meses y, desde entonces, han pasado cosas buenas y otras no tanto, y seguimos trabajando duro en el día a día.

P ¿A qué atribuye la plaga de lesiones?

R Hoy, por ejemplo (hace dos semanas), hemos tenido doble sesión y solo ocho jugadores. Es un año muy distinto porque por primera vez jugamos una Euroliga en la que juegas todos contra todos. En el fútbol esto no pasa. Es caldo de cultivo de desgaste físico, mental y social. En Europa se juegan todos los partidos a vida o muerte, no como en la NBA. Además, no tuvimos pretemporada con un Eurobasket que acabó en septiembre. Y el tercer factor ha sido el de la suerte y capacidad de reacción. Hemos tenido algún desacierto a la hora de establecer ciertos plazos de recuperación y no hemos tenido la capacidad de reacción para suplir a esos jugadores. Esas lesiones han generado otras nuevas, porque la plantilla era corta y las dobles jornadas de Euroliga te exprimen mucho.

P ¿Impone la figura de Juan Roig?

R Lógicamente. La primera vez que estuve con él, estabas con un punto de tensión positiva para ver cómo sería ese primer encuentro. Él me conocía desde hace muchísimos años, pero era la primera vez que íbamos a estar juntos. Estuvimos Paco Raga, Txetxu Mulero y yo cenando varias horas con él. Desde ese momento, ha sido muy sencillo. En las tres conversaciones largas que he tenido con él, en los temas importantes, él escucha y va extrayendo conclusiones. Y en los temas menos importantes, me mola porque dice: ‘¿por qué no hemos pedido tiempo muerto?, ¿por qué se ha fallado ese tiro libre?,’ me gusta que tenga esa pasión por el basket. Están depositando una confianza en mí que excede el hecho de diseñar la táctica y decidir los jugadores que salen en el quinteto titular, mezclar esa parte profesional con la pasión de, bueno, ‘yo hubiera tirado a fallar’, ‘habría pedido un tiempo muerto antes’, eso lo hace estar más cercano.

P ¿Ha cambiado mucho como entrenador desde sus inicios?

R He mantenido un poco mis características con un juego colectivo con principios solidarios en defensa y luego que el jugador desarrolle su instinto natural. Donde más he evolucionado ha sido en el trato con los jugadores pasando de ser un entrenador del siglo pasado, de látigo, a compartir con los jugadores lo que debe ser el diseño de un equipo.

P En televisión se ofrecen los tiempos muertos en directo, ¿cómo mantiene la calma en esos momentos de máxima tensión?

R Antes era más agresivo. Con el tiempo, me he dado cuenta de que hay que dar un par de mensajes y que se expresen de forma natural. Debes entender el momento. Yo sé si me están grabando o no, y, cuando lo hacen, no me apetece que mis hijos me vean diciendo barbaridades. Hay cierta precaución. En la NBA no ponen los tiempos muertos en directo, sino que se editan. Igual si quiero una jugada, no la nombro, sino que la escribo para que la cámara no la vea. Tenemos que proteger un poco la intimidad. En el deporte profesional, si tú lo enseñas todo, lo desmitificas.

P ¿En qué campo puede evolucionar más el baloncesto?

R En el campo emocional estamos evolucionando: motivación, relación con jugadores, presencia de psicólogos... y también que el entrenador se forme más en esta disciplina. En el resto de campos, el tecnológico, el técnico y el táctico, el baloncesto siempre ha sido pionero.

P ¿Sus referente como técnico?

R Lolo Sainz es un hombre clave en mi carrera. También me fijé mucho en Aíto García Reneses. De Lolo, además del contraataque, la velocidad, la sensación que yo tenía de su trato con los jugadores me generó mucho interés. Luego lo conocí personalmente y me di cuenta de que era una persona con un toque especial. Sus jugadores rendían por encima de la suma de sus valores. Mucho carisma. Estos últimos años con Sergio Scariolo en la selección también han sido muy buenos sobre todo en el Eurobasket de Francia, donde nadie esperaba que consiguiéramos ese oro. De Aíto me ha gustado su aspecto táctico. El Barcelona de los 90 es una referencia.

P ¿Qué tal jugador era usted?

R Físicamente era muy malo, muy pequeño. Medía 1,80. Me enseñaron a jugar muy bien, pero no me acompañaba el físico. Con 19-20 años, cuando lo dejé, me lo pasé muy bien, pero vi que se me daba mejor entrenar que jugar.

P ¿A qué jugadores ha admirado?

R Siempre me fijé en Iturriaga porque era de Bilbao y jugaba en el Real Madrid. Y siempre lo televisaban. Era muy listo. Pero los que más me gustaban eran Carmelo Cabrera y Corbalán. De la NBA me entusiasmaba Magic Johnson. De jugadores en activo me quedaría con el Chacho Rodríguez. En definitiva, se mantiene una constante: me gustan aquellos que han tenido algo especial con el balón en las manos.

P ¿Y de los que ha entrenado?

R He entrenado a Splitter, Marcelinho Huertas, Javi Salgado o Banic. Y de la selección, a Pau Gasol: tuve la suerte de estar en el banquillo el día que anotó 40 puntos a Francia.

P ¿Cómo es Pau Gasol?

R Tiene una enorme madurez y un talento innato. Además, un conocimiento del juego, una mano para poner el balón donde quiere y para anotar. Es el baloncestista por antonomasia. Él podría jugar de base pero con 2,17 metros no lo vas a desaprovechar. Es el jugador total.

P ¿Qué jugador de su plantilla sería su traslación en la pista?

R El Van Rossom de antes de la lesión es el base que a mí me hubiera gustado ser. A lo largo de mi carrera, muchos bases han progresado muchísimo como San Miguel, Salgado, Huertas, Pedro Llompart o Jaime Fernández. Tuve también una buena conexión con Diot, pero solo le pude dirigir dos partidos. En general, con todos los bases que he tenido he logrado una enorme conexión emocional.

P Del actual Valencia Basket, ¿a qué jugador le ve más madera para ser entrenador?

R Aunque él no tiene todavía esa mentalidad, porque un día tuvimos una conversación sobre esto y se quedó sorprendido, quien cubre el perfil es Van Rossom. Es un entrenador en potencia muy grande. Doornekamp tiene también ese potencial. El resto como Vives, Sergi García o Abalde son todavía muy jóvenes.

P ¿Qué es lo que más le faltado al equipo para haber ganado más partidos en Europa?

R Salud sobre todo. Es lo que nos ha condicionado más. También algo más de conocimiento del medio porque se nos han escapado partidos que, si los hubiéramos sacado adelante, todavía tendríamos opciones ahora de pelear por las eliminatorias y que, a pesar de las lesiones, pudimos haber ganado. Hay que contextualizar que estamos en una competición con muchas licencias tipo A, B y C. Y cuando, como nosotros, vamos con la licencia C, hemos de ganarnos el respeto para poder competir al mismo nivel que los que tienen la A, y eso es cuestión de tiempo.

P ¿Su deseo de renovar depende de que no haya tantas lesiones el próximo curso?

R Cuando tienes contrato y acabas el 30 de junio, no pierdes el tiempo en hablar del año que viene ya que sobre todo no depende de mí. Es el club el que debe dar el primer paso. Siempre digo que sí, que quiero seguir en el Valencia Basket. Soy entrenador de ciclos largos porque creo que son buenos para los clubes y hay decenas de ejemplos como Pablo Laso en el Real Madrid, Xavi Pascual en el Barcelona o incluso Joan Plaza en el Unicaja. La estabilidad en un club es la que da luego más capacidad para obtener buenos resultados porque los jugadores van a saber mejor el método del entrenador, el club va a tener una mejor reacción porque conoce la demanda de lo que quiere su entrenador, y el propio técnico conoce mejor el entorno.Cuando firmé por una temporada lo hice asumiento todas las consecuencias. Salí de Tenerife, donde estaba muy contento, porque se me abría una grandísima oportunidad y sabía que era el único objetivo del club. Yo estoy contento en València y en el club, porque es el mejor que nunca he entrenado, y me gusta la plantilla, porque es la mejor que he entrenado. Me gusta la ciudad, porque está fantástica, y me encanta el colegio al que van mis hijos. Si el club da el paso y me ofrece la renovación, no será difícil que lleguemos a un acuerdo.

P ¿Real Madrid, Barcelona y Baskonia son los rivales en la liga?

R No hay que olvidar al Unicaja, que está en buen momento. El Real Madrid es el favorito con una plantilla muy larga y recuperando jugadores. Solo les queda Sergi Llull por volver. Si nosotros recuperamos jugadores, tendremos que ser el «outsider» para defender el título. El baloncesto moderno se construye en base a los bases y a los pívots. Hemos estado sin los tres bases importantes: Diot, Van Rossom y Vives, y Van Rossom, cuando se lesiona, tenía la manija del equipo porque estaba dando ocho asistencias por partido y, en los últimos partidos, solo estamos dando 11 asistencias por partido a pesar de que Alberto Abalde está haciendo un trabajo extraordinario. Si conseguimos estabilidad en la plantilla, el VBC es el «outsider» principal para el título. El Madrid es el favorito absoluto, pero tenemos cinco equipos con posibilidades.

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