La Euroliga se está convirtiendo en un suplicio, un castigo que está consumiendo la moral y confianza de un equipo que se desestabiliza y pierde de manera precipitada sus señas de identidad de siempre, marcadas por el rigor y la lucha.

El Estrella Roja fue esta vez el verdugo. Al conjunto serbio le bastó con apretar algo el acelerador en el tramo final del tercer cuarto para superar a un Valencia Basket tan tierno que daba la sensación de caer en la indolencia en algunas acciones defensivas. Apenas opuso resistencia a las canastas de Feldeine, quien se hinchó a anotar de manera compulsiva en los minutos finales. El conjunto «taronja» no termina de encontrar un patrón de juego definido. Vidorreta sigue teniendo la difícil tarea de compaginar la competitividad con la introducción de jugadores muy faltos de minutos por las lesiones como Vives, Williams o Sergi García. Rafa Martínez, en su mejor anotación europea, y algunos minutos de inspiración de Green o Sastre, fueron lo único salvable de otro encuentro para reflexionar.

Sin nada en juego, el Valencia Basket debe tratar de mejorar su imagen en Europa y que sobre todo sirva para prepararse de cara a una Liga Endesa, en la que se juega el éxito o el fracaso de todo un año.

Rafa Martínez y poco más

Tras el salto inicial, el Valencia Basket conoció en primera persona el estilo de juego del Estrella Roja. El conjunto serbio basa gran parte de su estilo con un nivel alto de defensa, que le lleva a cometer muchas faltas, lo que dirigió al encuentro a un escenario tosco y feo en los primeros minutos. Pese a esto, el conjunto de Vidorreta, con un gran Rafa Martínez, tomó ventajas en el marcador (9-17).

Los errores defensivos en la zona «taronja» echaron por tierra este buen trabajo y el Estrella Roja, liderado por un gran Lessort por dentro y Feldeine en el perímetro, volteraron el electrónico en el segundo cuarto (30-23). Vidorreta se vio obligado a parar el encuentro y, con un gran acierto desde el triple, llevó el duelo a un marcador que balanceaba con ventajas mínimas para los dos conjuntos (30-32). Con esta inercia todo quedó por decidir al finalizar la primera parte en la que el Estrella Roja se fue por delante (50-48).

El paso por los vestuarios no varió demasiado el rumbo del choque, aunque las sensaciones no atisbaban demasiado optimismo (68-67). Un parcial de 11-0 en el tramo final del tercer cuarto adelantó la tragedia que se avecinaba (79-67). Con Feldeine como principal ejecutor, el conjunto de Belgrado comenzó a disparar su ventaja ante un Valencia Basket que simulaba un boxeador que encajaba golpes sin parar y con una resistencia inexistente (94-74).

Con las cabeza agachada y las miradas perdidas, los últimos minutos se hicieron eternos para los «taronja», que apenas pudieron maquillar el marcador ya que la mala imagen quedaba grabada a fuego. El bocinazo final significó un alivio al calvario que se vivió en la mítica sala Pionir. El equipo volvió de madrugada a València con mucho trabajo por hacer y poco tiempo por delante. El domingo espera el Tenerife en la liga.