CiU dio un respiro ayer al Gobierno al asegurar que facilitará la admisión a trámite en el Congreso de la reforma laboral, aunque la ve "manifiestamente mejorable" y su voto final al texto, por lo tanto, dependerá de si se aceptan sus enmiendas. Así lo señaló ayer el presidente de CiU, Artur Mas, durante el acto de graduación de la 23ª promoción de Mossos d'Esquadra y Policías Locales en el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña.

Mas ha explicó que CiU no debe "impedir que se tramite en las Cortes", ya que la reforma laboral "se tiene que hacer" y no puede demorarse más, por lo que ha descartado así el voto contrario a su tramitación como proyecto de ley en el Parlamento el 22 de junio. Sin embargo, no ha garantizado aún el apoyo de CiU al texto definitivo de la reforma laboral.

Mas no dio todavía por buena la redacción aprobada por el Consejo de Ministros, por lo que el voto final de CiU "dependerá de las cosas que finalmente se acepten en el trámite" de las Cortes.

El portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, por su parte, consideró "claramente injusto" que el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, haya pedido un cambio de Gobierno. Alonso, en declaraciones en el Congreso tras reunirse con Toxo y el líder de UGT, Cándido Méndez, señaló que el Ejecutivo lleva luchando "durísimamente" contra una crisis económica "durísima" desde hace unos dos años.

Sin embargo, los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y UGT, Cándido Méndez, constataron su "desencuentro radical" con el PSOE respecto al decreto ley tras la reunión con Alonso. "El Gobierno no sólo no va a crear empelo, sino que supone una degradación del factor trabajo", al consolidar la temporalidad, abaratar y facilitar el despido, atacando la negociación colectiva, señalaron los sindicalistas.

Ambos dirigentes auguraron además que la norma no servirá para generar confianza en la sociedad, y el "contento" que suscite en los mercados no durará "ni una centésima de segundo", al tiempo que muestra la "resignación" y "declaración de impotencia" que relega a "al nunca jamás" las reformas necesarias.

Toxo, además, se reafirmó en que, aunque no considera que el adelanto electoral sea lo que necesita España, el Ejecutivo socialista está agotado y necesita "casi con toda seguridad de otras personas al frente de departamentos muy importantes".

Más fructífera fue la reunión con IU e ICV, que transmitieron a los sindicatos su voluntad de votar contra la norma, mientras que el PNV prometió estudiar sus propuestas antes de fijar una posición.

La CEOE analizó ayer el decreto e insistió en que es "insuficiente" y "debe concretar las causas de despido objetivo para facilitar la labor de los jueces". En un comunicado, el comité ejecutivo y la junta directiva de la patronal, que se reunieron para estudiar el texto, señalaron que la norma supone "un punto de partida, aún insuficiente", que debe ser mejorado en el trámite parlamentario .

El PP, por su parte, admitió ayer que, aunque quiere analizar con más detalle el decreto antes de decidir de forma definitiva el sentido de su voto, el partido está más cerca de la abstención que del "no".