El milagro de los jamones ibéricos y los cerdos no era tal. La consejera de Agricultura andaluza, Clara Aguilera, erró en las cuentas al decir que la cantidad de jamones etiquetados como ibéricos en los comercios equivalían a la producción de un millón de animales, cuando en Andalucía sólo había medio millón. Las alarmas saltaron de forma inmediata, de sus palabras se deducía un fraude de casi un millón de jamones y otro tanto de paletillas. Una auténtica bomba de relojería para un sector que vive horas bajas desde hace tres años, cuando se sumaron al mercado del ibérico productores de otras actividades económicas arrastrados por la rentabilidad del producto. Pero lejos de sacar beneficio, lo que hicieron fue originar una notable caída de los precios ante la cifra record de producción.

Julio Revilla, presidente de Iberaice, una organización que representa al 90% del sector, salió inmediatamente al quite y dejó en evidencia a Clara Aguilera: "El fraude no es tal, la consejera se equivocó al contar los jamones". Según Revilla, la granja de cerdos ibéricos en Andalucía es de un millón de cabezas, no de medio. Lo que hay es medio millón de ibéricos de bellotas y otro medio de ibéricos de otras calidades (recebo, cebo de campo y cebo). Revilla, que también es representante del Jamón de Jabugo y miembro de la Denominación de Origen (D.O:) Jamón de Huelva, lamentó la confusión por las sospechas que ha sembrado y el daño que hace a un sector que vive horas bajas.

Incluso el secretario general de la asociación de consumidores Facua Andalucía, Rubén Sánchez, decidió intervenir, reclamando a la Junta que "deje de sembrar la sospecha entre todas las empresas que comercializan ibérico" y, en caso contrario, pidió que se dieran marcas.