El sector inmobiliario de la Comunitat Valenciana parece no encontrar la deseada estabilidad para poder iniciar el camino de vuelta. Los últimos datos hechos públicos ayer por el ministerio de Fomento relativos a 2010 no auguran una próxima estabilización entre la oferta y la demanda, más bien al contrario. Mientras que España registró el primer descenso del stock de viviendas nuevas vacías después de un lustro (0,08 %), la Comunitat Valenciana continuó por la senda del crecimiento (un 11 % más), con lo que ya acapara una de cada cinco viviendas vacías del parque inmobiliario español. Concretamente, el stock de vivienda nueva al cierre de 2010 se situaba en 133.023 casas, 13.225 más que el año anterior.

Conviene recordar que los constructores consideran indispensable el ajuste del parque de viviendas para relanzar la construcción y no prolongar más la agonía de un sector que está padeciendo la mayor sangría de paro y suspensiones de pagos.

Pero ese ajuste parece lejano, especialmente para las provincias que acumulan un mayor parque de viviendas de segunda residencia, como es el caso de las provincias de Castelló y Alicante. En la primera, el excedente de viviendas nuevas de 2009 a 2010 se incrementó un 34 %, -11.912 viviendas más-, el segundo mayor aumento de España. En el caso de la provincia de Alicante, el aumento fue del 2,44 % -1.206 más-, mientras que en Valencia se mantuvo prácticamente estable.

Estas cifras, además, ponen de relieve la validez del informe presentado la semana pasada en Valencia por CatalunyaCaixa, en el que se analizaba la complicada reabsorción del stock inmobiliario en la Comunitat Valenciana, como consecuencia del elevado volumen de segundas residencias -cuya demanda ha caído en picado desde el inicio de la crisis- y la escasez de viviendas de protección oficial (VPO) -las más demandas en las actuales circunstancias.

Dicho informe aventuraba que en el horizonte de 2015 aún quedarán alrededor de 89.000 viviendas sin ocupar en la Comunitat Valenciana a pesar de la creación de quince mil hogares nuevos anuales, debido, entre otras cosas, a que el crecimiento demográfico no va a coincidir con las zonas que acumulan un parque inmobiliario más elevado.

Este fenómeno, además, se produce en todo el litoral mediterráneo, según reconoce el ministerio de Fomento, que indica que las provincias costeras ya concentran en 2010 el 47,73 % de las viviendas desocupadas totales. Un fenómeno del que sólo se libran los municipios de más de 50.000 habitantes.