­La CAM no se adjudicará a la entidad que más dinero ofrezca por ella, sino a la que menos fondos públicos pida por quedarse con sus activos. Al menos así lo creen en los círculos financieros, donde se da por descontado que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) utilizará con la caja alicantina el mismo procedimiento de «subasta inversa» que empleó con la cordobesa Cajasur.

En aquel caso, la ganadora fue la vasca BBK porque sólo pidió al FROB un colchón de 392 millones de euros para hacer frente a las futuras pérdidas que pudiera general la cartera crediticia de Cajasur.

Precisamente la falta de esa red constituida por fondos públicos –lo que técnicamente se denomina un Esquema de Protección de Activos (EPA)– es lo que ha impedido que la CAM pudiera encontrar un nuevo socio privadola CAM tras la ruptura con Cajastur, pese a que una docena de fondos y entidades han estudiado sus cuentas en los últimos meses. Quienes conocen los números aseguran que la actual cartera inmobiliaria de la caja acumula unas pérdidas latentes de «tres mil millones largos de euros», incluso después de la masiva reclasificación de créditos que se hizo a finales del año pasado y que ya disparó la tasa de morosidad hasta el 8,7%.

El problema es que el Banco de España sólo puede conceder este tipo de garantías en el caso de las cajas intervenidas, como eran la citada Cajasur o Caja Castilla–La Mancha. Por eso, a pesar de las presiones de los grandes bancos y de las cajas de ahorros interesadas, Miguel Ángel Fernández Ordóñez se negó a otorgarlo a la CAM mientras fuera una entidad completamente privada. Sólo tras mucha insistencia, el gobernador del Banco de España admitió la posible concesión de EPA para algunas entidades tras su nacionalización.

BBVA y Santander, con ventaja

En cuanto a los posibles compradores, entre las entidades que se interesaron por ver las cuentas de la CAM, cuando en abril ésta encargó al banco de inversión Nomura que le encontrase un socio, destacan el Santander, el BBVA, el Sabadell, Ibercaja, Unicaja, BBK o la francesa BNP Paribas. También hay algunos fondos de inversión, como el nortemaricano JC Flowers, el último con el que la caja presidida por Modesto Crespo negoció en las últimas semanas.

El principal atractivo de la CAM es su extensa red de más de 900 oficinas situadas en las regiones teóricamente más dinámicas de España (el arco mediterráneo y Madrid) y también su importante volumen de activos, de más de 70.000 millones que permitiría a algunos de los interesados más que duplicar su tamaño.

Sin embargo, según las fuentes consultadas, son los dos grandes bancos españoles los mejor posicionados para quedarse con la entidad de ahorro alicantina. «Son los que tienen más riñón y, por tanto, los que pueden entrar con la menor exigencia de fondos públicos», señala una de las citadas fuentes. El resto necesitará más colaboración pública. También hay que tener en cuenta que la CAM más que triplica el tamaño de CCM o Cajasur, por lo que será mucho más costosa de «digerir» para quien se la adjudique.

Mantenimiento de la marca

De quien resulte adjudicatario de la subasta dependerá también el mantenimiento de la CAM como marca independiente. En el caso de Santander y BBVA casi siempre han optado por integrar bajo su propia marca las entidades adquiridas, con la excepción de Banesto. El Sabadell, por el contrario, suele respetar la indepedencia de las entidades que adquiere, como el Banco Herrero. En cualquier caso, se da por hecho que el proceso será muy rápido. El de Cajasur se realizó en apenas dos meses y, en el caso de la CAM, cuenta con la ventaja de que los interesados ya conocen las cuentas.