El valor del Banco de Valencia parece no tener fondo. La pérdida de capitalización bursátil de la filial de Bankia continúa en caída libre tras otro desplome en la jornada de ayer del 7,5 %, un día después de conocerse los planes que maneja la entidad para ampliar su capital social y la posible inyección de ayudas públicas a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) al detectarse un agujero contable en sus cuentas que podría rondar los 600 millones de euros. Los títulos de la entidad con sede social en Pintor Sorolla protagonizaron uno de los mayores desplomes en el parqué del Mercado Continuo al cerrar a 0,740 euros por título, lo que contrasta el valor de 7,020 euros de cotización el 8 de noviembre de 2008, hace justo tres años

El valor en bolsa del Banco de Valencia ha pasado de 3.457 millones de euros en noviembre del año 2008 a los 364,47 millones de capitalización bursátil a día de ayer. Así , la entidad financiera vale 3.000 millones menos, o lo que es lo mismo, diez veces menos. Los accionistas que entraron entonces en el valor vienen sufriendo descomunales pérdidas. En lo que va de año la acción acumula una caída del 77,4 %.

El banco aprobó en julio de 2008 una operación de desdoblamiento de acciones (split en terminología financiera) de cuatro títulos nuevos por cada uno de los actuales para garantizar entonces mayor liquidez al valor en el parqué. La entidad presidida entonces por José Luis Olivas, a la sazón presidente de Bancaja, quería acercarse así a la cotización media del sector bancario en España, cuyos títulos rondaban los 12 euros, frente a los 35 en que cotizó el Valencia en aquellos tiempos. Hay que tener en cuenta que ese valor era anterior a la operación en la que se ofrecieron nuevos títulos para reducir el valor nominal.

Beneficios por los suelos

La recogida de beneficios ha seguido una senda paralela a la trazada en bolsa durante la gestión realizada estos últimos años por Domingo Parra, exconsejero de legado hasta el pasado mes de octubre. El Banco de Valencia declaró unos beneficios netos de 106,3 millones de euros en el tercer trimestre de 2009, lo que contrasta con los 16,70 millones logrados en los seis primeros meses del presente ejercicio. En estos tres años la política de amortizaciones y dotaciones, unida a la pérdida de negocio, ha causado un prolongado recorte de resultados de la entidad participada en un 38 % por Bankia, que ahora considera «solo financiera». Los pequeños accionistas son los más perjudicados en este episodio de crisis y los socios de referencia del banco, entre los que figuran familias como los Noguera (Libertas 7), Girona, Lladró y Segarra (Porcelanosa), entre otras, descartan participar en una ampliación de capital que deberá aprobar una junta general de accionistas.