Bancaja decidió anoche plantar cara al presidente de Bankia, Rodrigo Rato, y a su intención de revisar la aportación del grupo valenciano a la entidad a través de una auditoría externa que fue acordada por el Banco Financiero y de Ahorros (BFA) con el apoyo de los consejeros valencianos presentes. Tras una maratoniana reunión de más de cuatro horas, el consejo de la caja decidió impugnar ese acuerdo, ya que "supondría lesionar los intereses de Bancaja en el banco por un supuesto incumplimiento del contrato de integración". En un comunicado, la entidad presidida por José Luis Olivas explica que el acuerdo "se ha alcanzado tras recibir Bancaja el pasado 9 de febrero comunicación de BFA sobre la puesta en marcha de un procedimiento que contempla el nombramiento de un auditor, con el objetivo de que se pronuncie sobre la existencia de tal incumplimiento en relación a la valoración del Banco de Valencia y su evolución tras la intervención por el Banco de España el 21 de noviembre de 2011". La nota añade que el consejo "ha expresado su posición firme de defensa de sus intereses en BFA al haberse realizado en su día, julio de 2010, todo el proceso de valoración y auditoría de todos los activos integrados en BFA con las máximas y mismas garantías". Así que se ha decidido a impugnar el acuerdo de la matriz de Bankia por vía judicial, lo que da pie a una guerra inmisericorde en el grupo.

La nota concluye afirmando que la entidad va a "remitir a los consejeros de Bancaja presentes en el consejo de BFA una comunicación exigiéndoles que cumplan las obligaciones inherentes a su condición de representantes de Bancaja en el órgano de gobierno del banco y que subsanen cualquier situación de conflicto de intereses". Los cuatro consejeros de Bancaja en el BFA, donde la valenciana tiene un 37 % que Rato se propone reducir con la auditoría, asistieron a la reunión de ayer, pero abandonaron la sala en el momento en que se produjo la votación. Se trata del vicepresidente primero, Antonio Tirado, el secretario Ángel Villanueva, y los vocales Rafael Ferrando y Remigio Pellicer. Los tres últimos, junto al vocal en la comisión de control, José Rafael García Fuster, y el vicepresidente ejecutivo de BFA y Bankia, Francisco Pons, asistieron a la reunión en el BFA y votaron a favor de la auditoría. Su situación ahora es muy delicada, dado que han quedado desautorizados por el órgano de gobierno de la caja. Ante el mismo, explicaron ayer que fueron engañados en el consejo del BFA, entre otros motivos, y, aunque parezca sorprendente, porque no les avisaron de que ante una decisión contraria a los intereses de Bancaja debían abstenerse y abandonar la reunión. Tres días después, cuando ya Olivas les había instado a cambiar su voto en el consejo, volvieron a engañarles diciéndoles que la reunión era solo para ratificar el acta del encuentro del día 7. Ahora, estos vocales están en su derecho de pedir la revocación del acuerdo del BFA, según fuentes de Bancaja.

La decisión final supone imponer las tesis defendidas por Olivas de oponerse a la auditoría y señalar a los consejeros valencianos en BFA. No obstante, a primeras horas de ayer se produjeron movimientos desde el ámbito progresista del consejo para intentar forzar la dimisión d intentar forzar la dimisión el presidente de Bancaja. Fue, más bien, una reacción en caliente.

Las fuentes consultadas explicaron que la decisión de recurrir a los tribunales obedece a la convicción de que es la única alternativa que le queda a Bancaja, porque es seguro que su oposición a la auditoría, como hay un acuerdo del BFA, no evitará que Bankia contrate al "auditor que quiera y le diga qué es lo que tiene que auditar. Si entonces recurriéramos a la justicia sería demasiado tarde". No obstante, Olivas también dejó abierta la puerta a una futura negociación con Rato.

Aurelio Izquierdo, vuelve a la entidad

El consejo de administración de Bancaja acordó ayer la reincorporación de Aurelio Izquierdo como director financiero "con la responsabilidad de la gestión y control del patrimonio de Bancaja". Izquierdo fue director general de la entidad desde 2007 hasta su nombramiento como consejero delegado y presidente el pasado octubre del Banco de Valencia. Desde la intervención de este y su destitución estaba a la espera de reincorporarse a la caja. La anterior reunión del consejo paralizó su vuelta al considerar que su sueldo era muy elevado para una plaza, la de director financiero, sin contenido