La conselleria de Economía ha conseguido sortear dos nuevos obstáculos en su camino de vencimientos de deuda sin necesidad de recurrir al Instituto de Crédito Oficial (ICO). Se trata de dos emisiones de pagarés a dieciocho meses por un importe de 500 millones de euros cada una, suscritas el 5 de noviembre de 2010 con Bancaja, ahora Bankia, y la segunda el 10 de noviembre del mismo año con la CAM, ahora en manos del Banco Sabadell.

La primera de las emisiones, cuya renovación se ha firmado con Bankia, vencía hoy y para alcanzar un acuerdo el Consell se ha visto obligado a subir la rentabilidad desde el 4,08 % con que se firmó hace año y medio hasta el 7 %, es decir, casi tres puntos más durante un periodo de seis meses. Un interés similar, según fuentes de la Generalitat, al pactado con Banco Sabadell para la renovación de los pagarés que vencen el próximo miércoles día 9.

El próximo vencimiento de deuda importante que deberá afrontar el Consell será el próximo 27 de mayo por un importe de 472,7 millones de euros, correspondiente a los «bonos patrióticos» a doce meses de mayo de 2011, una emisión destinada a inversores particulares que supuso un auténtico pinchazo para la conselleria de Economía, con Gerardo Camps al frente, que solo consiguió colocar 720 millones de los 900 previstos.

En este último caso es muy probable que el vencimiento lo tenga que asumir el ICO, según el acuerdo pactado con el Gobierno, debido a que la Generalitat no tiene previsto acudir a los mercados a obtener financiación hasta que no se pongan en marcha los denominados «hispanobonos», probablemente en el mes de junio, debido a las desconfianza que ha generado entre los inversores.

De hecho, la agencia Standard & Poor’s rebajó la calificación crediticia de la Comunitat Valenciana hasta «BB»(bono basura) en el caso de la deuda a largo plazo —segundo nivel dentro del grado especulativo o de no inversión— y a «B» la de corto —tercer nivel, un escalón más negativo que la anterior—, al considerar que «aunque tiene capacidad para cumplir con las obligaciones financieras», se enfrenta a una gran incertidumbre ante la posibilidad de que se produzcan circunstancias adversas.