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El Sabadell empieza a poner orden en las complicadas inversiones que el Banco CAM acumula en México. Los responsables de la entidad acaban de llegar a un acuerdo con el Gobierno de este país para revisar el proyecto de Cabo Cortés y poder desbloquear la construcción de este complejo turístico que la CAM tuvo que asumir en pago por las deudas de la promotora Hansa Urbana tenía con ella.

En su concepción original, el proyecto preveía levantar más de 8.000 apartamentos, 15 hoteles, dos campos de golf y un puerto deportivo sobre más de 35 millones de metros cuadrados de terreno virgen en la región de Baja California, unas cifras que habían provocado la oposición de las asociaciones ecologistas y que amenazaban con dilatar la aprobación definitiva de las licencias medioambientales durante mucho tiempo. Ante estas circunstancias, el Sabadell ha optado por dar marcha atrás y replanteará por completo el proyecto para reducir la edificabilidad prevista y adaptarlo a unos parámetros más sostenibles. Fue el propio presidente mexicano, Felipe Calderón, quien ayer anunció públicamente la anulación de la licencia inicial que se había concedido a Hansa Baja Investments -la sociedad que en su día crearon Hansa Urbana y CAM para poner en marcha el complejo- debido a que no se ha podido demostrar "con absoluta certeza que no generará un daño irreversible" al medio ambiente. El principal problema del complejo es su proximidad a la reserva marina de Cabo Pulmo, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en el año 2005.

La ahora filial de Banco CAM emitió también un comunicado en el que, tras reconocer la "inviabilidad" del plan inicial, señalaba su intención de "plantear un nuevo proyecto, cuyo desarrollo será realizado bajo el asesoramiento de gestores cualificados", tanto mexicanos como internacionales. Los responsables del Sabadell confían en encontrar nuevos inversores dispuestos a asumir la construcción del "ressort" cuando finalmente se desbloquee su tramitación y, hace unas semanas, afirmó que tenía ya varias propuestas sobre la mesa. Aunque CAM participó desde el principio en la sociedad impulsora del complejo de Cabo Cortés, se convirtió en accionista mayoritario de la misma el año pasado, cuando los administradores del FROB decidieron aceptar la propuesta de Hansa Urbana para saldar los 114 millones de euros de deuda que la promotora mantenía con la entidad.

La falta de liquidez situó al borde de la quiebra a la compañía de la familia Galea y la CAM era accionista de la misma, por lo que habría sido la última en cobrar en caso de declararse un concurso de acreedores. Hansa entregó la mayoría de sus participaciones en las filiales de México para desarrollar distintos proyecto y varios solares en Valladolid y Zaragoza.