Los vecinos de Busdongo, un pequeño pueblo del norte de León que vio nacer al empresario Amancio Ortega, no dan crédito a ser paisanos del tercer hombre más rico del mundo, porque reconocen que nunca han hablado con él y apenas recuerdan su paso por el pueblo. El magnate textil nació hace 76 años en Busdongo, un pueblo con cerca de sesenta vecinos censados -aunque son muchos menos los que residen en invierno- cercano a Asturias y cuyos vecinos casi nunca le han visto por allí. "Nos tiene olvidados por completo", lamenta el vecino Saúl Jiménez, que durante los fines de semana trabaja en el bar del pueblo, Casa Maragato, y quien lo único que puede decir es: "Se sabe que nació aquí, pero nunca ha dado señales de vida". Aunque nadie parece haberle visto nunca por allí, otro vecino ha indicado que Ortega hizo una "visita fugaz" al lugar hace alrededor de 4 ó 5 años.

Podría decirse que es leonés por casualidad, ya que si nació allí fue debido a que su padre, Amancio, ferroviario de profesión, fue trasladado allí por trabajo, según el alcalde pedáneo de este pueblo, José Gutiérrez. Ahora, 76 años después del nacimiento del magnate y con motivo de su escalada al tercer puesto en la lista de los hombres más ricos del planeta, el alcalde pedáneo tiene en mente rendirle un homenaje.

Embutido en vez de mariscada

Los actos los tiene planeados: una misa en su honor, un encuentro de pendones (tradicionales estandartes leoneses) e incluso la colocación de una placa en la fachada de la escuela del pueblo en homenaje al empresario, que hoy tiene en su haber una fortuna de 38.000 millones de euros. Solo falta cerrar el asunto, mandarle la invitación y concretar su presencia, ha dicho Gutiérrez, que ha avanzado que si le lograsen hacer llegar al pueblo prepararían una tradicional caldereta de cordero y le convidarían a embutidos, ya que "a una mariscada él estará acostumbrado porque es rico y le sobra el lujo".