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El plan de la Sareb para cancelar los préstamos de los promotores fracasa en la C. Valenciana

La falta de liquidez de los empresarios y la ausencia de inversores frustra la iniciativa del banco malo

El plan de la Sareb para cancelar los préstamos de los promotores fracasa en la C. Valenciana

La operación lanzada por la Sareb para desatascar sus créditos con los promotores privados, acogida por estos como agua de mayo en la Comunitat Valenciana, va camino de frustrarse. Según fuentes del sector son muy pocos los que han podido acogerse al plan Oportunidad 2013, lanzado por el banco malo como mecanismo por el cual los deudores pueden ofrecer quitas a sus préstamos a cambio de aportar al contando una cantidad acordada y cancelar los créditos.

La idea era que los promotores fueran capaces de encontrar recursos suficientes para presentar sus ofertas. Hay que tener en cuenta que la Sareb se ha quedado miles de préstamos ligados al sector inmobiliario procedentes de la banca. A cambio ejecutó importantes ajustes sobre el precio. Un ejemplo: Un promotor pidió un crédito de 600.000 euros para poner en marcha un proyecto. La Sareb ha pagado al banco 300.000 euros por el crédito, pero el promotor sigue debiendo 600.000 euros. Siguiendo este ejemplo hipotético: El plan Oportunidad 2013 plantea la posibilidad a los empresarios de ofrecer a la Sareb 310.000 euros por cancelar el crédito. El banco malo obtendría una ganancia de 10.000 euros. La condición es que el promotor pague de golpe el dinero para dar por liquidada la deuda.

La iniciativa, acordada con la Asociación de Promotores y Constructores de España y con las organizaciones territoriales como la valenciana, fue aplaudida por el sector. El director general de la Sareb, Walter de Luna, incluso mantuvo un encuentro con los representantes de los promotores valencianos para explicarles el proyecto, bien recibido en principio.

Sin embargo, ponerlo en práctica no está siendo nada fácil. Los promotores no cuentan con suficiente liquidez para hacer ofertas y tampoco encuentran inversores interesados en poner el dinero a cambio de quedarse con los activos inmobiliarios que sirven de garantía. A esto hay que sumar la complejidad administrativa del procedimiento lanzado por la Sareb, que impide a terceros hacer las ofertas. Tienen que ser los promotores los que pongan el dinero. La política de las entidades de crédito de cortar el crédito inmobiliario también contribuye al hasta ahora, fracaso del plan de la Sareb, pues los empresarios no encuentran bancos que financien la cancelación de sus deudas. El plazo para presentar propuestas a la Sareb finaliza el 31 de diciembre de este año.

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