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El recinto ferial no descarta abrirse a un socio privado

El diseño final dependerá de la decisión sobre el carácter jurídico de la entidad, que se resolverá antes de abril

Feria Valencia no descarta dar entrada en su accionariado a un socio privado, si bien esta posibilidad se encuentra en estos momentos condicionada, al igual que cualquier otra opción sobre el futuro de la empresa, a la decisión final que se adopte sobre su naturaleza jurídica, según explicaron ayer fuentes de la entidad. En la reunión del pasado patronato, en diciembre, se acordó que este órgano de gobierno determinara en el plazo de tres meses, es decir, hasta finales de marzo, cuál es el marco normativo por el que la empresa debe regirse en el futuro. El conflicto arranca por el hecho de que los estatutos de la institución vienen a considerar a esta como entidad privada, mientras que el Banco de España y la Sindicatura de Comptes afirman que su naturaleza es pública.

Clarificar en qué ámbito se mueve la institución es una prioridad marcada por el nuevo presidente de Feria Valencia, José Vicente González, quien el pasado octubre sustituyó a Alberto Catalá tras la dimisión de este. Las fuentes consultadas aseguran que González ya ha mantenido algunos contactos con los dueños actuales de la instituciónGeneralitat, Ayuntamiento de Valencia y Cámaras de Comercio para ver cuál será la definición final.

El resultado es de gran calado y de él dependerá que la institución pueda adoptar otras decisiones cruciales para su futuro. González y el director general, Enrique Soto, están decididos a seguir el modelo de Fira de Barcelona, que separó en dos sociedades la gestión patrimonial y la comercial de la entidad. Ese el objetivo: una empresa que asumiría los inmuebles y la enorme deuda por las obras de ampliación más de 500 millones y otra mercantil que llevaría el negocio puro y duro y contribuiría al mantenimiento de las instalaciones y al pago de la deuda. En este contexto es en el que cabe la posibilidad de que la institución dé entrada a un socio privado, probablemente un operador de ferias que aporte negocio y nuevas posibilidades comerciales. Claro que si se opta por una fórmula pública en la Generalitat, sobre todo, hay recelos sobre deslindar las deudas de los vehículos de ingresos, esta segunda opción sería inviable. Feria Valencia, que prevé llegar al equilibrio presupuestario en 2015, está necesitada de un rediseño para eludir las pérdidas de los últimos años.

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