Los cambios que ha introducido el Gobierno británico en la legislación sobre los planes de pensiones ha tenido un efecto en la venta de viviendas en la Costa Blanca. Desde el pasado 6 de abril, los ciudadanos de este país pueden disponer de una sola vez, si así lo desean, de todo el dinero que tienen acumulado en este tipo de productos complementarios a la prestación pública, y muchos han optado por destinarlo a la compra de viviendas en el extranjero.

Las repercusiones en la Comunitat Valenciana han sido inmediatas y desde la Asociación de Promotores de Alicante (Provia) no dudan en señalar este cambio normativo como uno de los principales responsables de la espectacular evolución que han registrado las ventas durante el primer semestre del año, junto con la importante devaluación que ha sufrido el euro con respecto a la libra.

En concreto, de acuerdo con los datos oficiales del Colegio Notarial, entre los meses de enero y junio los británicos compraron en la Costa Blanca nada menos que 2.080 viviendas, una cifra que supera en un 49,4 % a la del mismo periodo del año anterior y que duplica el número de operaciones del segundo mercado en importancia para la Costa Blanca en estos momentos, el belga, que contabilizó 923 transacciones.

También ayuda que los precios de los inmuebles de la Costa Blanca se sitúen por debajo de los que ofrecen otras zonas de España y del Mediterráneo, a pesar de que ya han empezado también a repuntar. Así, frente a la media de 114.005 euros que gastaron en 2014, este año el importe medio de las casas que adquirieron los británicos en la provincia hasta el segundo trimestre se situó en los 125.351 euros, de acuerdo con las estadísticas facilitadas por el vicedecano del Colegio Notarial, Delfín Martínez. En cualquier caso, unas cifras más que asumibles para el inglés medio.