El fraude que salpica a la Confederación de Empresarios de Castelló (CEC) y por extensión a Cierval está adquiriendo una dimensiones de trama de desvío de fondos y los montantes defraudados podrían superar ya el millón de euros, según las pesquisas que han realizado la Agencia Tributaria, la Fiscalía Anticorrupción, el juez de Nules y los propios inspectores de la Generalitat. La empresa de formación Centro de Oficios la Vall, que se convirtió en el centro del presunto fraude de la CEC y cuya propietaria está imputada, está otra vez en el punto de mira de los investigadores porque presuntamente habrían gastado fondos para formación en la reforma de un restaurante en la Vall d'Uixó, según en informe elaborado por la inspección del Servef que trabaja el Ministerio Público y el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Nules, reforzado recientemente para afrontar la macrocausa.
Según los investigadores, «gran parte del material consumible adquirido por el Centro de Estudios la Vall para el desarrollo de cursos de formación no ha sido destinado a tales acciones formativas sino que son gastos de otra actividad desarrollada por la mercantil Restaurante El Palau de la Vall», de la misma propietaria de la academia e imputada Elodia B.S.. «Las facturas contabilizadas en cursos relacionados con la construcción tienen importes desproporcionados, incoherentes con las acciones formativas, faltos de lógica y cuyos gastos no se corresponden con la actividad de formación, sino que su destino ha sido la remodelación del restaurante El Palau de la Vall», concluye el informe al que ha tenido acceso Levante-EMV y que trabajan en el juzgado desde hace semanas.
Estas obras se ejecutaron entre los años 2006 y 2009 y habrían consistido, según los investigadores, en la habilitación de unas naves para salón de celebración de bodas, «coincidiendo con las ubicaciones de las zonas de los cursos». Además y según el mismo informe, se habrían también falsificado presuntamente facturas «para dotar de suministros al restaurante».
Otro de los presuntos fraudes en estas ayudas corresponden al cobro de nóminas del profesorado. «El Centro de Oficios la Vall ha incrementado con importes no reales los gastos del profesorado y dentro de los gastos de organización o institucionales se han incrementado los gastos indirectos», apunta el informe. El modus operandi consistía en ingresar el dinero de las nóminas a presuntos profesores que el mismo día firmaban un cheque para que la propietaria de la academia retirara el dinero en metálico. Es reveladora la declaración ante los inspectores de un profesor: «Cuando no había alumnos para impartir los cursos que tenía yo me mandaban a limpiar aulas, pulverizar naranjos y la hierba de los huertos de Elodia». Y sentencia: «No he impartido los cursos porque no había gente. Lo máximo que hemos tenido son tres personas».
Los inspectores concluyen que este modo de operar «ha sido utilizado por la CEC, práctica que se puede ratificar en los movimientos de cuentas». Una macrocausa.
