Más que los problemas para contactar con Tesla, la preocupación de la Generalitat en la carrera por convertirse en sede de una futura fábrica de coches eléctricos es la competencia. Francia y Alemania llevan tiempo trabajando al más alto nivel. Hace pocas semanas, la ministra de Industria francesa, Ségolène Royal, revelaba que ha transmitido directamente a Elon Musk su deseo de reciclar la central nuclear que va a ser desmantelada en la región de Alsacia, fronteriza con Alemania, y convertirla en la fábrica de baterías para la que Tesla busca sede. A finales de 2015, el ministro de Economía alemán Sigmar Gabriel, también reveló «conversaciones» con los americanos. Tesla cuenta con su fábrica de vehículos en California, una gigantesca planta de baterías en Nevada, y una de montaje en Holanda.