En plena pugna competencial por la captación de inversiones, que la Conselleria de Economía quiere conservar a toda costa mientras Presidencia aspira a poder vigilar a través del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), las magnitudes actuales dejan a la Comunitat Valenciana en una situación cercana a la irrelevancia.
En el primer trimestre del año, apenas ha recibido 46,4 millones de dinero extranjero para inversiones productivas. Es un 29,7% menos que en el primer trimestre del pasado año, cuando la C. Valenciana ya sufrió el hundimiento de la inversión extranjera y apenas captó 255 millones en todo 2015, tras un extraordinario 2014 con 823 millones invertidos gracias principalmente a las mejoras de Ford Almussafes.
Con todo, las cifras valencianas quedan más menguadas aún si se comparan con el resto de autonomías. En toda España llegaron 2.966 millones, con lo que la valenciana apenas representa el 1,5% del total español.
Madrid está muy a la cabeza, al haber atraído 2.097 millones. Parece beneficiada del hundimiento de la inversión en Cataluña (-35%), que se atribuye a la incertidumbre política por los planes soberanistas y la inestabilidad del Govern de Puigdemont. Cataluña, con todo, ha recibido 453 millones, diez veces más que la Comunitat Valenciana.
También superan a esta autonomía el País Vasco (95 millones), así como Baleares, que recibió 61,9 millones, un 51,6% más. Y están ligeramente por debajo Andalucía y Extremadura.
Esta invisibilidad de la Comunitat Valenciana para atraer capital extranjero ha encendido las alarmas del nuevo Consell, que no ha podido hacer mucho por revertir la situación en este primer año de gobierno de cambio.
El asunto preocupa hasta el punto de que Economía y Presidencia se han puesto manos a la obra para reforzar el potencial valenciano con una oficina de captación de inversiones y una ley. No es que la C. Valenciana esté fuera de circuitos como el de la inversión china; el problema se extiende con situaciones de bloqueo como la de Parc Sagunt, un parque empresarial y logístico llamado a ser un polo productivo del Mediterráneo que ni siquiera puede terminarse por falta de músculo financiero de la Generalitat y la negativa del Estado a prestar 10 millones. Subyacen problemas políticos y administrativos, igual que en la ZAL de Valencia.
Tampoco ayuda la posición de la parte de Compromís en la Generalitat contra proyectos como Puerto Mediterráneo, un macrocentro comercial y de ocio en el que un fondo inglés promete volcar más de 500 millones de euros.
En estos momentos, Ivace Internacional está tratando de captar inversiones a través de misiones destinadas a atraer la atención de multinacionales de sectores como el químico, que es de los más sólidos de la economía valenciana en cuanto a internacionalización, con casos de éxito británicos, alemanes o americanos implantados aquí como Ferro, BP, etc.
De momento, los únicos sectores valencianos que están atrayendo la atención de capital extranjero en 2016 son la inmobiliaria y la logística. Según la información de la base de datos de inversión extranjera del ministerio, el «almacenamiento y actividades anexas al transporte» representaron una inversión de 27,6 millones; la construcción de edificios, 3,5 millones, y la actividad inmobiliaria 10,9 más.
