El Grupo de Contacto de Cítricos Hispano-Franco-Italiano, reunido ayer en Valencia, ha acordado reclamar a la Comisión Europea la futura puesta en marcha de algún tipo de medidas compensatorias que contribuyan a paliar los negativos efectos que va a tener el reciente acuerdo pactado entre la Unión Europea y la Asociación de Estados del Sur de África. El pacto alcanzado entre la South African Customs Union (SACU) y el Ejecutivo de Bruselas para la ampliación del período de libre acceso a la UE de naranjas sudafricanas con arancel reducido y sin penalización arancelaria para sus exportadores -hasta finales de noviembre- supondrá un incremento de la entrada de agrios de aquel país, que en 2015 ya alcanzó las 427.987 toneladas, siendo el mayor exportador de cítricos frescos del mundo por detrás de España

Los representantes de las entidades agrarias italianas, francesas y españolas, decidieron también solicitar a la CE que elabore un estudio sobre el impacto que dicho acuerdo, y más concretamente las importantes concesiones en materia citrícola de las que va a beneficiarse Sudáfrica a la hora de introducir sus cítricos en el mercado comunitario, tendrá sobre el conjunto de la citricultura europea. Asimismo, lamentaron que ese estudio de impacto no se haya realizado ni presentado antes de alcanzar el acuerdo.

Establecer contingentes

Entre esas posibles compensaciones que la UE debería poner en marcha figura la posibilidad de establecer contingentes a las importaciones de agrios procedentes de Sudáfrica en aquellos momentos de la campaña cuya presencia coincidente en los mercados comunitarios con las producciones citrícolas europeas pueda distorsionar el normal desarrollo de la temporada al impulsar los precios a la baja.

Otro de los asuntos relevantes abordados durante este encuentro, y que preocupa especialmente al sector citrícola europeo, son las notorias insuficiencias que muestra la UE a la hora de controlar la posible entrada de plagas y enfermedades en los cargamentos de cítricos importados de terceros países.

Mientras tanto, la Unió de Llauradors reclama a la gran distribución que especifique el origen de los cítricos importados en sus establecimientos y si la inspección fitosanitaria se ha realizado «con todas las garantías en puertos españoles. De este modo, serviría también para dar respuesta a la decisión formal de la Citrus Growers Association of Southern Africa de cuestionar los métodos de la inspección fitosanitaria española y de desviar por ello sus exportaciones hacia España a puertos con controles que «se sabe más laxos», como los de Setúbal (Portugal) o Rotterdam (Holanda).

Según La Unió, en marzo de 2015 la CGA decidió «unilateralmente suspender» los cargamentos expedidos hacia los puertos españoles. La medida se basó en que el patógeno de cuarentena conocido como «mancha negra» era una «enfermedad cosmética» que, según su propio panel de expertos, «no puede ser transmitida a través de los frutos» ni adaptarse al clima mediterráneo.

La organización agraria que lidera Ramón Mampel advierte de que la amenaza es «real» porque durante 2015 se detectaron en la Unión Europea 45 envíos de cítricos procedentes de Sudáfrica con presencia de agentes nocivos