Como no, las cláusulas suelo volvieron a centrar la rueda de presentación de resultados de una de las grandes entidades bancarias españolas. Ayer le tocó el turno a CaixaBank, que además estrenaba nuevo tándem en una jornada tan intensa, Gonzalo Cortázar (consejero delegado) y Jordi Gual (presidente). Según explicaron ambos directivos, desde el pasado lunes ya recogen las reclamaciones de sus clientes que entienden que pueden haber pagado intereses que no les correspondían. Para ello, el banco pondrá a 130 personas a trabajar para calibrar y cuantificar si procede la devolución y en qué medida, tal y como marca el decreto del Gobierno de España. Eso sí, avisó Cortázar, «sólo se actuará en los casos donde haya habido opacidad o falta de transparencia».

En previsión del agujero que podrían producir las cláusulas suelo, que no era una práctica de la antigua La Caixa sino de las entidades adquiridas „puntualizó Cortázar„, el banco ha provisionado 625 millones. Pero la entidad considera que el impacto potencial es de 1.250 millones de euros, explicó el consejero delegado. Por ello, se entiende que el banco tiene previsto cubrir el 50 % del total de las cláusulas suelo que abonará en metálico. «No esperamos que haya más impacto», sentenció el consejero delegado de CaixaBank.

Cortázar quiso puntualizar que CaixaBank retiró las cláusulas suelo a sus clientes en 2015, así que un impacto importante ya ha sido asumido. Un experto independiente ha ayudado a la entidad a hacer la provisión sobre el impacto de las cláusulas en el balance del banco. Preguntado por la voluntad de reforma de la ley hipotecaria, dio la «bienvenida a cualquier proceso de reforma legal si aporta mayor claridad y seguridad jurídica» en un mercado que ha visto esencial que preserve su estabilidad a futuro.

CaixaBank obtuvo en 2016 un beneficio neto de 1.047 millones de euros, un 28,6 % más que el año anterior, un resultado que se apoya en la mejora de los ingresos, la reducción de los gastos y los menores extraordinarios, y que supone rebasar los 1.000 millones de ganancias por primera vez desde 2011. Estos resultados dispararon la cotización de la entidad en el Ibex35 un 2,94 %.

CaixaBank redujo el pasado año su ratio de morosidad hasta el 6,9 %, dos décimas menos que hace un año, y realizó provisiones por valor de más de 1.000 millones de euros.

El resultado del último año viene asimismo condicionado por el menor impacto de los gastos extraordinarios respecto a 2015, concretamente un 55 % menos, y la reducción de las pérdidas por deterioro de activos financieros y otras provisiones, que caen un 57,5 %, hasta los 1.069 millones.

Cortázar explicó que CaixaBank ha reducido participaciones minoritarias en empresas y que la OPA a la entidad portuguesa BPI finalizará en un mes, lo que les convertirá en «el primer banco ibérico por tamaño». El consejero delegado defendió que el 90 % de los procesos de la entidad está digitalizado y que tienen más de 7.000 empleados diplomados en asesoramiento financiero. «Ha sido un ejercicio excelente en lo comercial, bueno en la fortaleza de balance y bueno en mejora de resultados», afirmó Cortázar.

Jordi Gual al ser preguntado sobre la reputación de la banca aseguró que «hay que hacer autocrítica» pero que CaixaBank es un banco con «gran compromiso social». «La crisis financiera fue compleja por el comportamiento de algunos agentes y por el insuficiente marco regulatorio. Nos ha costado 4.500 millones a nuestros accionistas pero hemos acometido más de medio millón de reestructuraciones y 22.000 daciones en pago», argumentó.