«¿Por qué el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), si consideraba que con 2.062 millones de euros el Banco de Valencia completaría su saneamiento, acaba inyectando 2.438 millones de euros más, hasta llegar a los 4.500 pactados con CaixaBank?». Esa es la pregunta que una y otra vez se hace el perito contratado por un accionista del Banco de Valencia (BdV) que ha demandado a CaixaBank al considerar que la venta de la entidad valenciana en 2013 por un euro le produjo una pérdida patrimonial de más de 3,6 millones de euros.

El informe del economista Gonzalo Busteros desgrana en un documento de cuarenta páginas los movimientos del FROB dentro del Banco de Valencia que acabaron diluyendo a los accionistas hasta dejarlos en poco más del 1 % de la propiedad. Posteriormente, el mismo organismo del Estado vendió por un euro la entidad y sus activos a CaixaBank. Este perito, tras estudiar los activos de que disponía la entidad vendida, las cuentas de la entidad que presiden Jordi Gual y los hechos relevantes comunicados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores concluye que el valor real de BdV era «en la banda más baja posible» de 4.595 millones.

La demanda se encuentra en estos momentos en el juzgado de Primera Instancia número 20 de Valencia a la espera de que su titular decida si es competente o emplaza al demandante a acudir a un juzgado de Castelló o Barcelona. De momento, a CaixaBank no le ha llegado la demanda al no haberse incoado diligencias. Desde la entidad presidida por Gual siempre han defendido la conveniencia del canje de acciones y que todos los procesos judiciales que se han emprendido sobre la compra del Banco de Valencia no han prosperado.

Para señalar al FROB como culpable del perjuicio de los accionistas del BdV, el perito utiliza media docena de argumentos. El primero es la mala valoración de los activos del Banco de Valencia «porque en el propio informe de gestión de CaixaBank en 2013 se reconoce el exceso de valor de la adquisición de BdV por un importe que ascendía a 2.228 millones, que fue directamente a la cuenta de resultados de ese ejercicio». Y añade: «De no haber realizado la adquisición, las cuentas anuales de CaixaBank hubieran reflejado unas pérdidas antes de impuestos de -3.002 millones. En vez de esto, la entidad lograría presentar a 31 de diciembre de 2013 un resultado antes de impuestos de 713 millones de euros en lo peor de la crisis económica de España».

El perito, evidencia también que el FROB tuvo un gran interés en entrar con fuerza en el BdV. «Es la operación del FROB más significativa desde el punto de vista relativo. Siendo una entidad pequeña (21.000 millones de euros de activos), recibe una inyección de capital equivalente al 25,58% de su activo, y la que supone un mayor reconocimiento de la plusvalía que supuso para la entidad que lo adquirió», explica.

En el informe también se explica que los activos tóxicos transferidos a la Sareb también beneficiaron a la posterior compra de CaixaBank, así como la minusvaloración de sus activos financieros.El perito lamenta que tampoco se valoraran los intangibles y que se impidiera quedárselos a un accionista minoritario.