«Flexibilidad para afrontar el cambio; humildad para entender la realidad; compromiso para sacar adelante los proyectos; orientación al cliente; y, muy fundamental, optimismo». El presidente de Iberia, Luis Gallego, cerró con estos cinco consejos a los alumnos de la escuela de negocios EDEM el acto de clausura de la duodécima edición del «Curso 15x15: 15 días con 15 empresarios líderes», organizado por la entidad impulsada por Juan Roig y que anoche contó en el Palau de les Arts con el presidente de Iberia como ponente invitado.

Gallego, que se forjó durante nueve años como directivo en la compañía valenciana Air Nostrum (al igual que otros altos ejecutivos del grupo IAG), fue el ponente invitado en una cita en el Palau de les Arts que ha congregado a más de 850 personas, entre ellos Manuel Palma, Juan Roig y Francisco Pons, presidente y vicepresidentes de EDEM, respectivamente.

El evento atrajo a buena parte empresariado valenciano y estuvo conducido por la secretaria general de EDEM, Hortensia Roig, y por el director general, Antonio Noblejas. Entre los asistentes se encontraban empresarios como Carlos Bertomeu, de Air Nostrum; José Remohí, del IVI; Adolfo Utor, de Baleària; Alfredo Quesada, de Pavasal; Federico Michavila, de Torrecid; Pedro López, de Chocolates Valor, o Vicente Ruiz, de RNB.

Entre los 46 directivos que han realizado el curso, impartidos por 15 empresarios de éxito, había ejecutivos de empresas como MSC, SP Berner, Garrigues, Rimontgó, Logifruit o Chocolates Valor.

Luis Gallego, ingeniero superior aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid, reivindicó la «flexibilidad» como virtud fundamental del empresario. «La formación permanente es la mejor manera de enfrentarse a un mundo que cambia de forma vertiginosa. Nos acostumbramos a la normalidad de lo extraordinario», dijo en referencia a la digitalización, la automatización y la robotización de los procesos que condicionan hoy la economía. «Hay que tener las habilidades técnicas para guiar a las empresas pero hacen falta habilidades humanas: aprender a ser flexible, adaptarnos a los cambios de realidad económicos o empresariales», aleccionó.

Gallego se puso de ejemplo: «En Iberia tuvimos que vernos al borde del abismo para asumir que el mundo cómodo de las aerolíneas de bandera se había ido para siempre. Reinventamos la compañía para competir», dijo sobre la compentencia feroz en el sector que casi tumba la empresa.

El presidente de Iberia también recetó «humildad» para competir. Y una máxima: «Obsesionaos con vuestros clientes, no con vuestros competidores». «Los competidores estarán ahí, serán igual de competitivos e incluso más eficientes en costes, pero el que manda es el cliente. Lo que espera es que le hagamos la vida mucho más fácil», concluyó.