La Generalitat considera que no ha habido sucesión de organizaciones entre la extinta patronal autonómica Cierval y la nueva, la CEV, principalmente porque ambas, aunque sea por poco tiempo, han existido de forma simultánea. La decisión tiene calado. Por un lado, corrobora los argumentos de la CEV, cuyos dirigentes están haciendo lo imposible para eludir la citada sucesión y, por tanto, tener que hacerse responsables de la plantilla de Cierval y, sobre todo, de las deudas que la llevaron a la liquidación y que procedían de las provinciales de Castelló y Alicante. Esa deuda de varios millones está contraída con la Generalitat. La conselleria de Hacienda afirmó en su momento que tratará de recuperarla. Visto lo visto, tendrá que hacerlo a través de Coepa y la CEC, a no ser que los tribunales, a donde han recurrido cuatro exempleados por su despido, dictaminen que sí ha habido sucesión de empresas y obligue a la CEV a readmitirlos o indemnizarlos y, así, abra la puerta a que la Generalitat le reclame la deuda de Cierval.
La dirección general de Trabajo de la Conselleria de Economía emitió el pasado 6 de junio una resolución en respuesta a varios departamentos de la Generalitat sobre qué hacer con los vocales de Cierval en los distintos organismos de la administración en los que esta participaba en representación de los empresarios. Para que esos organismos puedan seguir funcionando y a pesar de que los representantes patronales de Castelló y Alicante prácticamente no asisten, la respuesta de ese departamento fue que todo debía seguir igual, según las fuentes de la Conselleria de Economía consultadas. El documento constata que un auto judicial del pasado abril acordó la extinción de Cierval y que en mayo la Generalitat otorgó a la CEV la consideración de «organización empresarial representativa en el ámbito de la Comunitat Valenciana», después de que cambiara sus estatutos para pasar de provincial a autonómica y de que se constatara la adhesión de federaciones sectoriales de las tres provincias.
Por tanto, ahora será la nueva CEV la que nombre a los representantes empresariales en esos organismos, que pueden ser (o no) los mismos que designó en su día Cierval. Las citadas fuentes explicaron que Cierval ha sido dada de baja en la Administración a mediados de junio y que el reconocimiento de la CEV se produjo en mayo. En consecuencia, ambas han coincidido en el tiempo y, «a efectos administrativos, no hay sucesión de organizaciones; otra cosa es lo que en su momento puedan determinar los jueces».
