Cinco años después de que, en medio de los recortes de la crisis, la Generalitat del PP cerrara el grifo del dinero para las escuelas taller, el Servef se propone reabrir estos centros destinados a impulsar la formación y el empleo para los colectivos más vulnerables. El secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu, explicó ayer a este diario que el recuperado programa, con novedades, empezará a funcionar entre septiembre y octubre. Tendrá una dotación inicial de 4,2 millones, aunque «ampliaremos el presupuesto para hacer más acciones si hay demanda»,
El objetivo es que las escuelas taller se ubiquen en los barrios de la autonomía más depauperados. Las zonas de acción preferente están reguladas por un decreto del Consell de 1988 que detalla nueve barrios de otras tantas localidades de la autonomía. No obstante, Nomdedéu explicó que la instalación de escuelas dependerá de las peticiones de los ayuntamientos, es decir que a los municipios citados, si sus consistorios ven esta medida, que se denominará Et Formen, como una necesidad, se pueden sumar otros que no estén en esa lista pero cuyas condiciones de vida hayan empeorado desde entonces.
Los ayuntamientos cederán los locales para ubicar las escuelas y el instrumental necesario para la formación, mientras que el Servef se hará cargo de los salarios de los alumnos y de los formadores. Una de las grandes novedades de estos centros es que no estarán enfocados únicamente para menores de 25 años, sino a «todos los colectivos vulnerables, es decir personas en situación o riesgo de pobreza, exclusión social o privación material severa, mujeres (especialmente las víctimas de violencia de género), personas que lideran familias monoparentales, con diversidad funcional, que padecen discriminación en el acceso al empleo por alguna situación personal y mayores de 45 años con baja cualificación.
Quienes participen en estas acciones formativas, además de tener «cierta prioridad a la hora de que el Servef los ponga en contacto con empresas que puedan contratarlos», recibirán una remuneración equivalente al salario mínimo interprofesional durante los cuatro meses de la primera etapa, En una segunda, de doce meses, se dará prioridad a los proyectos de continuidad de la primera, porque, como explica Nomdedéu, «es fundamental que estas personas paradas no abandonen el programa». A los que superen el curso se les expedirá un certificado de profesionalidad. Et Formen preparará también a los alumnos para obtener el certificado de Educación Secundaria Obligatoria y todos los alumnos recibirán formación en «alfabetización informática».
