La localidad de Bellreguard, en la Safor, y el nombre de Rafael Blasco, que ocupó innumerables cargos públicos en la Generalitat, han sido los elegidos por el Consell autonómico para iniciar la retirada de placas inaugurales en las que aparece el nombre de políticos condenados por delitos de corrupción.

En el caso de Blasco, cumple condena de prisión por aprobar ayudas públicas a la cooperación que nunca llegaron a su destino y que fueron a parar al bolsillo de particulares.

Les Corts Valencianes aprobaron el pasado 15 de octubre, por unanimidad, una iniciativa de Podemos que pedía que el Consell retirara con carácter inmediato de los espacios públicos de la Generalitat o financiados por ella las placas conmemorativas, inaugurales o menciones honoríficas con nombres de cargos públicos condenados por corrupción.

Antes de aquel acuerdo el Ayuntamiento de Bellreguard, gobernado por PSPV-PSOE y Compromís, ya había solicitado, también con el voto a favor del PP, la retirada de la placa inaugural que ahora resulta ser la primera que ha desaparecido de las dependencias de la Generalitat aplicando esta medida contra los corruptos.

Fue el 9 de enero de 2007 cuando Blasco, siendo conseller de Sanidad, inauguró el centro de salud de Bellreguard junto a quien entonces era alcalde de la localidad, Facund Puig, y el gerente del Área de Salud de Gandia, Rafael García.

La Conselleria de Transparencia seguirá ahora quitando placas inaugurales de personas igualmente condenadas por corrupción. Para ello ha pedido un informe a la Abogacía de la Generalitat para que determine cuáles son los cargos públicos a los que afecta el acuerdo de les Corts, dado que en el caso de Rafael Blasco no había duda al tratarse de un político condenado en firme por delitos de corrupción.