Bomba de relojería en la Diputación de Alicante. El hasta ahora único miembros de Ciudadanos (C's) en la institución provincial, Fernando Sepulcre, anunció ayer que deja el partido naranja. Se va. Aunque no explicitó los motivos concretos de su adiós, el ya edil tránsfuga de Alicante si cargó contra su ya expartido, le acusó de presionarle y censuró que durante los últimos días ha sufrido una «auténtica persecución» política y mediática.

Sepulcre no se va en un momento cualquiera. Lo hace a menos de siete días de la crucial cita con las urnas y en plena campaña electoral. Su marcha, de hecho, ha dinamitado la campaña de C's, tal y como admiten altos cargos de la formación de Albert Rivera. Y no sólo eso. También le deja sin representantes en la corporación provincial. ¿Por qué? Porque Sepulcre dice adiós, pero a medias. Es decir, se desliga por completo de Ciudadanos „ayer remitió un burofax a la sede para darse de baja„, pero mantiene sus dos actas. Tanto la de diputado provincial como la de concejal en el Ayuntamiento de Alicante, donde pasará a los grupos de no adscritos. Y además conserva, al menos por ahora, su salario íntegro.

Su salida se produce escasos días después de que hayan salido a la luz los polémicos gastos que intentó cargar al erario público. Este técnico industrial y de automoción en derivados del petróleo, como consta en su currículum, pasó al cobro casi 1.200 euros en combustible en apenas tres meses. En un caso, incluso 215 euros en un solo día.

Al detectar esas solicitudes, la cúpula de C's se negó a abonar una de esas facturas e incluso decidió abrir una investigación interna. Entre otros aspectos, porque el dirigente también quiso cobrar 381 euros por la revisión de su vehículo particular en un taller. Esa fue la que no cobró. Su «espantà» no sólo deja daños colaterales para C's, sino que además blinda al popular César Sánchez como presidente de la Diputación de Alicante, ya que Sepulcre es clave para sostenerlo.