El seguimiento que se realizó a Abdelbaky Es Satty, presunto cerebro de los atentados de Cataluña, en el centro penitenciario de Castelló I en el que cumplía condena por tráfico de drogas, se confirma ahora con una nota interna de prisiones una semana después de que Levante-EMV adelantara en exclusiva que el imán de Ripoll había sido investigado por su supuesto «carácter radical salafista». Tal como informó este periódico, el reo figuraba en los ficheros FIES, de presos de especial seguimiento, concretamente en el grupo C, en el que se incluye a presos susceptibles de radicalización.

Por su buen comportamiento durante los dos años que permaneció entre rejas y la ausencia de indicios claros de salafismo radical, el seguimiento quedó en nada y una vez salió de la cárcel no fue sometido a estrecha vigilancia. Previamente, Es Satty ya había sido investigado en 2005 por los servicios de Información por su presunta vinculación con grupos integrados en Al Qaeda, y un juez ordenó la intervención de sus comunicaciones. Pese a todo ello, el Ministerio del Interior sigue manteniendo que no les constaba como una persona radical y que nunca había estado en el FIES.

Asimismo, el presunto cabecilla de la célula que perpetró los atentados de Barcelona y Cambrils no solo acumulaba una condena de cuatro años de prisión por tráfico de drogas sino que tenía una sentencia previa, de 2003, según la cual fue declarado culpable de intentar introducir en España de manera ilegal a un ciudadano que viajaba con un pasaporte falsificado, hechos por los que fue condenado a una pena de medio año de cárcel. La sentencia concluye que el imán muerto en la explosión de la casa de Alcanar (Tarragona) fue responsable de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y le condenó igualmente a una multa de 1.080 euros, de acuerdo con la petición del Ministerio Fiscal.

El presunto adoctrinador de la célula yihadista que ha dejado 16 víctimas mortales no contaba con antecedentes en el momento de los hechos, que tuvieron lugar en el puerto de Ceuta a finales de noviembre de 2002.

Es Satty viajaba con un vehículo Ford Scorpio propiedad de otra persona ajena al proceso cuando funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado le sorprendieron intentando introducir a un inmigrante de su misma nacionalidad -marroquí- de camino a Algeciras.

Esta sentencia condenatoria se suma a la dictada por el mismo Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta de 2011 en la que se le condenó a cuatro años de cárcel por viajar con 121 kilos de hachís en el interior de su vehículo. El imán de Ripoll fue sorprendido el día de Año Nuevo de 2010 también en el puerto de Ceuta cuando viajaba, procedente de Marruecos acompañado de tres hermanos marroquíes con residencia en Cambrils (Tarragona) que resultaron absueltos de los hechos.

No recurrió las condenas

En una primera declaración ante el juez instructor dijo que llevó la droga bajo amenazas, que le mandaron a Marruecos a por ella y que si no lo hacía le matarían a él y a su familia, sin embargo en el juicio atribuyó todo este testimonio a una mala traducción del intérprete y confesó que él llevaba la droga. Pese a resultar condenatorias, el presunto cerebro de la célula yihadista no recurrió ninguna de las dos resoluciones.

Después de que se ordenara su expulsión del país, el titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número dos de Castelló revocó en 2015 la orden de expulsión al entender que, siendo residente de larga duración, «había demostrado su evidente arraigo laboral y esfuerzos para integrarse en España». Dicha sentencia, que no fue recurrida por la Abogacía del Estado, no tuvo en consideración la condena de medio año de prisión por intentar introducir a un compatriota de manera ilegal mientras intentaba acceder a un transbordador con destino Algeciras. El juez tampoco tenía conocimiento de la investigación por su supuesta vinculación radical años atrás, ni del informe FIES.

Ya estaba en Ripoll

Por otra parte, el conseller catalán de Interior, Joaquim Forn, desveló ayer que el mosso d´esquadra a quien un colega de Vilvoorde (Bélgica) había pedido en enero de 2016 información sobre Abdelbaki es Satty, le respondió en marzo que ya estaba en Ripoll. En una entrevista a la Cadena Ser, Forn insistió en que el mensaje del agente de Vilvoorde no suponía ninguna alerta, ya que se limitaba a pedir información sobre el imán, que buscaba trabajo en la mezquita de esa localidad belga.