El Ayuntamiento de Tavernes Blanques ha reclamado tanto a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) como a la Diputación de Valencia la limpieza urgente del cauce del barranco del Carraixet, a su paso por este término municipal, y sobre todo, del derramador destinado a desaguar exceso de riego o lluvias y evitar encharcados. Según ha alertado el consistorio en los últimos meses ha proliferado en el cauce la presencia de basuras, restos de productos agrícolas e incluso cadáveres de animales, lo que, tal como ya han denunciado varios vecinos en declaraciones a Levante-EMV, provoca malos olores y exceso insectos, que llegan hasta las viviendas más cercanas.
«Puede haber un grave problema de salud pública», advertía ayer la concejala de Medio Ambiente, Marina Martínez, que alertó que la situación puede agravarse con las altas temperaturas o una posible plaga del mosquito tigre. Martínez recordó que ya el pasado diciembre, y en una reunión mantenida por responsables de la CHJ con representantes de los municipios por los que discurre el barranco, ella misma preguntó por la falta de limpieza en derramador que transcurre a pocos metros de la ermita dels Desemparats.
«Resulta que no sabían muy bien de que les hablaba, insistiendo en que su labor es de mantenimiento y no de limpieza „asegura Martínez„. Y realmente nuestro problema lo origina dicho derramador, ya que él vierte en el cauce todo tipo de restos, desde productos del campo, pasando por plásticos y algún cadáver de animal».
Aunque la función del derramador del Carraixet es la de desaguar el barranco cuando hay exceso de agua, la regidora explica que en él se vierten aguas residuales «que no sabemos si vienen de una acequia o de dónde. Está lleno de cañas y maleza, por lo que si llegara el caso de una avenida de agua dificilmente podría desaguar el barranco. Y con frecuencias se ve allí mucha basura y restos orgánicos, montones de fruta y verdura podrida o incluso animales muertos, sobre todo perros».
El barranco del Carraixet discurre por unos 800 metros del término de Tavernes, donde el cauce tiene unos treinta metros de ancho. Durante el último año, y ante los problemas de suciedad y malos olores que ya se detectaron el pasado verano, el ejecutivo local que preside Mari Carmen Marco (PSPV) ha presentado varias peticiones para revertir esta situación, sin que de momento se haya hecho nada, según denuncia Martínez.
Así, el pasado 16 de julio de 2015 la alcaldesa solicitó a la CHJ la autorización de los trabajos de desbroce y limpieza encargados a Imelsa, cumpliendo las condiciones de la propia confederación. El 21 de septiembre la CHJ aprobó dicha solicitud y tres días después el consistorio solicitó por escrito a la empresa de la diputación el inicio de los trabajos. Desde entonces, y a pesar de las diversas solicitudes del ayuntamiento, ni Imelsa ni la CHJ han actuado sobre el barranco, según señala la concejala.
«El pasado 7 de junio me puse en contacto con Imelsa, después de varias tentativas durante meses, para saber en qué punto nos encontramos ya que la proximidad de las altas temperaturas y la proximidad del casco urbano al cauce no sugieren nada bueno», subrayaba ayer Martínez.
«Explicado el asunto „continúa la concejal„, se me dice que las actuaciones de Imelsa en los cauces son básicamente para evitar incendios o inundaciones y que lo que Tavernes necesita posiblemente no puedan realizarlo». «No obstante, me dicen que cuando puedan enviarán algún técnico para valorar la situación e indicarnos las actuaciones más convenientes», explica la concejala.
«Así pues „concluye„ desde que tomamos posesión este equipo de gobierno ha buscado una salida a este problema, pero todavía no lo ha conseguido. Seguiremos trabajando para lograrlo».
