El alcalde de Torrent, Jesús Ros, anunció ayer que espera que en 2018 „incluso en el primer semestre„ entre en servicio un centro de salud auxiliar en el barrio Parc Central que descongestione la alta saturación que presentan los otros tres ambulatorios de la ciudad. La idea de consistorio y conselleria es ubicar la instalación sanitaria en unos locales de unos 800 metros cuadrados en la zona de expansión del municipio, circunstancia que permite agilizar la puesta en marcha y eludir una nueva construcción, más costosa y prolongada en el tiempo.

Pese al anuncio positivo, Ros admitió que, con toda seguridad, las arcas municipales deberán hacer frente a un alquiler elevado, aunque el consistorio tiene en propiedad unos bajos, que en estos momentos «están en el limbo». La insistencia de los periodistas durante el habitual desayuno informativo, llevó al alcalde a revelar el misterio, aunque sólo en parte.

El munícipe explicó que en 2014, el entonces gobierno dirigido por la popular Amparo Folgado arrendó unos locales de unos 800 metros cuadrados ubicados en Parc Central por 100 euros mensuales durante 20 años. Las ventajosas condiciones del contrato venían motivadas en que el inquilino es una asociación, de fuera del municipio, que pretendía instalar allí una iniciativa de carácter social con niños con diversidad funcional. El acuerdo llevaba implícita que la entidad acondicionaba el local para ponerlo en marcha. A día de hoy los locales siguen cerrados y no se ha detectado actividad alguna desde la firma del contrato. Es más, hace unos meses el propio Ros reclamó que se pusieran al corriente de pagos al detectar que llevaban varios meses sin abonar el alquiler.

El alcalde, que no quiso entrar en más detalles ni reveló el nombre de la asociación, apuntó que en el caso de no llegar a un acuerdo para recuperar los locales deberán buscar otros „que ya tienen localizados„ de dimensiones similares para ubicar el centro de salud. Eso sí, a precio de mercado. Y como ejemplo explicó que el bajo donde se ubica la ludoteca, de más de cien metros, cuesta al consistorio unos 500 euros mensuales.

Por otra parte, Ros anunció que pedirán por escrito a la conselleria de Sanidad la retirada del cartel colocado en 2009 y que anunciaba la futura construcción del hospital comarcal, proyecto que nunca llegó a ejecutarse. El soporte publicitario tuvo un coste de 60.000 euros y hace pocos meses el consistorio ya cortó el suministro eléctrico que iluminaba el poste. Además, según el alcalde, está situado en un «terreno privado» y «sin permiso». El munícipe recordó que aquella publicidad «se inauguró sabiendo que no se construiría el hospital, ya que el proyecto de la nueva Fe estaba aprobado».