El bullying, la drogodependencia o el alcoholismo son los problemas más temidos por las familias con hijos en edad escolar. Son cada vez más las herramientas que se utilizan en los centros educativos para evitar que se produzcan conflictos pero ,sin embargo, nadie se para a pensar, que este tipo de problemas trascienden al colegio y no cabrían en una sociedad donde primase la convivencia y el bienestar.
El Ayuntamiento de Alcàsser ha decidido tomar cartas en el asunto y ha desarrollado a lo largo de la semana unas jornadas de educación emocional. «Alcàsser Emociona» es una propuesta de la concejalía de Educación que pretende hacer del municipio un lugar más agradable en el que vivir, en el que todos pueden aprender y compartir estrategias para mejorar la convivencia, y en definitiva apostar por el bienestar de cada uno y el de los demás.
Para intentar conseguirlo,el ayuntamiento de Alcàsser ha contado con SEER, una asociación catalana especialista en educación emocional que ha trasladado a siete de sus componentes para formar durante cuatro días, no solo a la comunidad educativa -tiene fijo a un formador en cada uno de los cuatro centros -, sino a todos los estamentos sociales como Policía Local, servicios sociales, Escuela Deportiva y de Música, Centro de Salud y comercios.
«Es un proyecto integral. Teníamos claro que debía salir de los alumnos y de los profesores. Sedaba la paradoja de que la formación por ejemplo en bullying no se daba a los profesores de las extraescolares o las monitoras de comedor. Es algo que afecta a todos y por eso, gracias a los alumnos de la ESO también hemos sacado la educación emocional a la calle, al Mercat...», señala Cristina Lucendo, edila de Educación.
Fue Cristina acompañada de la técnico municipal Amaya la que conoció a los miembros de SEER en una charla en Massanassa y decidieron contar con ellos. Desde SEER parten del triangulo de la personalidad-emoción,razón y comportamiento - para construir conciencia emocional, la elección personal y la responsabilidad individual. «Es necesario preguntarse ¿cómo me siento? ¿cómo me quiero sentir?y ¿qué depende de mi?. La educación emocional es un activopara promover una sociedad salutogénica », señala Ramiro Ortegón, de SEER.
Para Lucendo, lo más importante es que estos conceptos se dan a todos por igual. «Me contó una madre que su hija le dijo que ya sabía por qué su hermano estaba tan triste, porque llevaba la mochila llena, y todos le entendieron». La mochila como el chubasquero son términos que se introducen sobre todo en la formación a los más pequeños para hacerles entender que se deben desprender de aquello que les impide el bienestar. Términos que se han enseñado a la Policía Local. «Me confesaba un agente que cuando entró al curso iba con el arma cargada porque pensaba que lo de la educación emocional no servía para nada y después de la charla salió tan contento que incluso repitió por la tarde», apuntaba la alcaldesa Eva Zamora, quien afirma que ya es hora de que los ayuntamientos «invirtamos en prevenir» y no tanto en tratar los conflictos.
Alumnos-educadores
Una de las novedades de este proyecto con respecto a otros similares es que «usa» a alumnos de la ESO para hacer talleres de educación emocional entre los alumnos de infantil. «Ha sido una experiencia muy buena estar con los pequeños y también los talleres donde nos enseñaron que somos como un iceberg, que las emociones que se enseñan son muy pocas y nos guardamos muchas dentro, y yo que soy bastante cerrada y me cuesta abrirme me ha ayudado mucho», aseguraba una alumna de 4º de la ESO, tras impartir un rincón emocional con el uso de los colores en la escuela infantil del 9 d'Octubre.
«Es algo que se retroalimenta, ya que para los más pequeños los más mayores son un referente y a los mayores les sirve de empoderamiento», señala Amanda, quien tiene claro que estas jornadas de educación emocional no se deben quedar aquí. «Vamos a darle continuidad, en clase a través de tutorías y ya veremos cómo en el resto, pero vamos a seguir emocionándonos».
